Una instancia oficial revelaba esta semana que Moncloa nunca tuvo en su poder el informe de la universidad americana Johns Hopkins que ponía a España a la cabeza de los test del coronavirus, ni ningún documento que actuase como base para la afirmación que, este pasado abril, hacía pública Pedro Sánchez.
Una nueva mentira del Ejecutivo de Pedro Sánchez con respecto a la pandemia del coronavirus, que se une a las muchas pronunciadas por el Gobierno de España y el Ministerio de Sanidad a lo largo de la pandemia del coronavirus, tanto en los datos reales de la pandemia, como la fecha de inicio de la misma en el país, como en la existencia de un comité de expertos.
Mentiras que también han formado parte del programa electoral de Pedro Sánchez,y que ahora se ponen de manifiesto ante la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.
Y es que el presidente socialista afirmaba, durante su campaña por la presidencia, que no pactaría con Unidas Podemos, al igual que tampoco llegaría a acuerdos con aquellos que "quieren romper a España", o que han tenido vinculación con el terrorismo nacionalista vasco.
Palabras que ahora han quedado en pólvora mojada, siendo Pablo Iglesias vicepresidente segundo del Gobierno, y habiéndose aprobado los PGE gracias a las cesiones del Ejecutivo a los nacionalistas vascos y catalanes.
Sin embargo, esta coalición tampoco ha traído estabilidad, ya que, lejos de conseguir un Gobierno de entendimiento, Podemos y PSOE han mantenido un crudo enfrentamiento durante todo el año de mandato, incluso de forma pública, tanto en la televisión como en las redes sociales.
Ejemplo reciente el de Margarita Robles, ministra de Defensa, que aprovechaba una entrevista en TVE para recordar que el único Presidente del Gobierno es Pedro Sánchez, algo que "nadie debería olvidarlo, incluso dentro del Gobierno".
"Cuando eres la ministra favorita de los poderes que quieren que gobierne el PP con VOX, quizá estés haciendo daño a tu gobierno" criticaba entonces la podemita Ione Belarra a través de Twitter.
Los partidos de la oposición tampoco llegan a buen puerto
"Ustedes siempre acuden al rescate de Sánchez e Iglesias. Lo hicieron con la moción y ahora con los Presupuestos. Quiero pensar que no pretenden deliberadamente ser el tonto útil del Gobierno de Sánchez" criticaba este jueves el diputado del PP, Jaime Olano, al partido de Santiago Abascal.
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Un partido con el que los populares parecían estar cerca del acuerdo, tanto en las autonomías como en la política nacional, pero que cada vez se muestran en posiciones más contrarias dentro del hemiciclo.
Iván Espinosa de los Monteros, de Vox, tampoco mostraba cercanía al PP, afirmando esta semana que parecía que había grupos de la oposición "que querían colaborar aún más" con el Gobierno, señalando directamente a la formación de Pablo Casado.
"Muchos colaboran activamente. Otros querrían más, pero no les han dejado" afirmaba también el de Abascal, en referencia a Ciudadanos, cuya líder, Inés Arrimadas, contestaba crudamente a ambos partidos, asegurando que "dan lecciones de la importancia de apoyar a los Gobiernos, pero donde no gobiernan presentan enmienda a la totalidad y no se sientan a negociar porque les importa un pimiento el bienestarde los ciudadanos".
Los ciudadanos, las 'víctimas' de la pantomima política
Mientras esta batalla política continúa, los españoles siguen siendo ua de las poblaciones más afectadas por la segunda ola del coronavirus, a pesar de que los números comienzan a descender.
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Así pues, este viernes, el Ministerio de Sanidad sumaba este viernes 8.745 nuevos contagios de coronavirus, ascendiendo a 1.684.647 casos desde el inicio de la pandemia.
Los datos de fallecidos daban la terrible cifra de 46.252, falleciendo 214 personas en las últimas 24 horas, aunque la tendencia empiece a ser a la baja.
Unos datos que se suman a la caída en picado de la economía española, una de las más afectadas por la pandemia del coronavirus a nivel mundial, así como a las nuevas y variopintas restricciones de los Gobiernos regionales de cara a la Navidad, que vuelven a sumir a la ciudadanía española en la incertidumbre, el miedo, y la desconfianza hacia los dirigentes de la nación.