El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha anunciado este miércoles que el Govern está trabajando para abrir tres nuevas delegaciones (ahora se llaman así las embajadas) en Australia y Nueva Zelanda, Japón y Senegal. Estamos ante una nueva provocación de Torra al Estado, sabiendo que las embajadas catalanas no son legales.
El Tribunal Constitucional sale en defensa de España ante los ataques de las embajadas de Torra
En su intervención durante el Debate de Política General en el Parlament, ha defendido que la Generalitat ha reabierto las delegaciones en el exterior tras el 155 pese a las "pegas" del Gobierno central.
Torra ha afirmado que Cataluña debe hacer oír su voz en el mundo global y por eso considera que las delegaciones en el extranjero son "absolutamente necesarias para encarar el presente y futuros globales".
Esto es lo que se cuece en las embajadas catalanas
El sector independentista aprovecha estas embajadas catalanas en el exterior para financiar, con dinero público, cenas, viajes, publicaciones y conferencias a favor de la secesión. (¡¡Que tiemblen las embajadas catalanas!!)
El Tribunal de Cuentas, en su informe de fiscalización, ha señalado que los recursos asignados a la ejecución de las políticas de acción exterior de Cataluña entre 2011 y 2017 están cifrados en un total de 27 millones de euros.
La embajada catalana en Berlín organizó numerosos ciclos de conferencias, pagados con fondos del Govern, bajo títulos tan explícitos como Cataluña tras las elecciones: ¿camino hacia la independencia? (2013) o ¿Mejor juntos o felices aparte? Movimientos de independencia en Europa (2014). (¡¡La vergüenza de las embajadas catalanas nos cuesta a los españoles 27 millones!!)
El independentismo catalán en Reino Unido
En Reino Unido se han llevado a cabo actos en las universidades de Cardiff o la Queen Mary de Londres para explicar el proceso catalán. Entre 2016 y 2018, el Govern admite haber concedido ayudas que alcanzan los 1.060.000 euros.
Una cena para 40 periodistas en el año 2016, así como la visita de parlamentarios británicos a Barcelona en 2014 para conocer la "realidad social y política catalana" también forman parte de esos gastos.