La pasión gastronómica de Pedro Sánchez: es su delicia favorita

El presidente del Gobierno no puede resistirse a este alimento español

08 de Junio de 2022
La pasión gastronómica de Pedro Sánchez: es su delicia favorita
La pasión gastronómica de Pedro Sánchez: es su delicia favorita

El presidente del Gobierno se ha caracterizado por ir despegándose de todo lo que haga referencia directa a nuestro país, en una extraña deriva en la que no parece tener encaje nada típicamente español en favor de otras corrientes, como lo fue en su día la americanización de nuestra comunicación política de la mano de Iván Redondo y sus ideólogos, que poblaron por completo el gabinete de asesores de Sánchez.

Esta forma de apartar todo lo típicamente español, motivada por quién sabe qué motivos ocultos a la vista del gran público, también se extiende a su vida personal. El presidente del Gobierno ha hecho propio un comportamiento político que no está teniendo los mejores resultados para el país ni para sus ciudadanos. 

El área más afectada por este cambio de parecer es la gastronomía personal de Pedro Sánchez. Durante muchos años, ha seguido fielmente la dieta mediterránea, siendo un abonado fijo de la misma debido a su elevado rendimiento deportivo. Sin embargo, su retirada del escenario semiprofesional del baloncesto español y el aumento de su protagonismo en la política han llevado a Sánchez ha ir mudando su dieta.

Hoy por hoy, el presidente del Gobierno apenas cuenta con alimentos típicamente españoles en su dieta, por lo que se refugia en la comida japonesa y coreana, de la que raramente suele salir. Así, sus platos favoritos son el sushi, el sashimi, los fideos yakisoba o los nigiri. Esta curiosa dieta está complementada con un toque de picante, uno de los condimentos que no pueden faltar en la mesa del presidente del Gobierno.

Con esta discutible dieta, Sánchez ha hecho propia una de las banderas de su Gobierno, que parece que durará una sola legislatura debido al enorme desgaste que ha registrado con el paso del tiempo y a la concatenación de catastróficas ideas y decisiones que solo han favorecido a su camarilla de aliados cercanos, pero de la que los españoles apenas han salido beneficiados realmente y donde importa: en los asuntos de la vida cotidiana.