El anuncio de Gabriel Rufián del voto en contra de Esquerra Republicana al Plan Sánchez para el estado de alarma ha sido acogido con júbilo por el independentismo. Todos, de acuerdo: ERC, JxCat y la CUP. El más feliz, Quim Torra, que ha aplaudido con las orejas el distanciamiento de la órbita Sánchez de su socio de Govern. Cataluña se prepara para volver a la normalidad. ¿Pero qué normalidad? La normalidad de "las calles son nuestras", claro está.
Torra celebra la unión de los partidos independentistas contra Sánchez (España)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha agradecido este miércoles que JxCat, ERC y la CUP voten en el Congreso en contra de la prórroga del estado de alarma por la crisis del coronavirus, y cree que esta unión es "el camino" que deben seguir los partidos independentistas para lograr la independencia de Cataluña.
"Pedí el no a la prórroga del estado de alarma, y por ello agradezco a todos los partidos independentistas su voto hoy en el Congreso, en defensa de nuestros derechos y libertades. Este es el camino: trabajar juntos para culminar la independencia de Cataluña", ha manifestado en un mensaje en su cuenta de Twitter.
El sit and talk no funciona
Gabriel Rufián, por su parte, ha dejado claro que el "sit and talk" no funciona y que Sánchez ha dinamitado la mesa de diálogo. De hecho el futuro de este tinglado está más que cuestionado. En el fondo Sánchez aceptó el chantaje porque no tenía otra cosa, pero parece haber encontrado un nuevo camino para recorrer de la mano de Ciudadanos y PNV. Y ERC ya se siente excluido de él y liberado para volver a las trincheras.
Y eso precisamente, las trincheras, es lo que se está preparando de nuevo en las calles catalanas. Desligados de la obligación civilizada de dialogar con el Estado, vuelve a cobrar protagonismo el apoderamiento de las calles, que "son suyas", según reivindican en cada manifestación.
El diálogo no es lo mejor para los independentistas de la unilateralidad
El coronavirus y su consiguiente confinamiento han dejado en stand by el movimiento separatista después de una fase de diálogo en la que Sánchez parecía dispuesto a escuchar a los independentistas y atender su chantaje concediendo buena parte de los privilegios que reclamaban. Pero en el fondo, los radicales indepes son más partidarios del "cuanto peor, mejor". Y el hecho de que el presidente del gobierno de España se aviniera a escuchar y a dialogar no era lo mejor para quienes apuestan claramente por la unilateralidad del golpe de estado puro y duro.
Y volvemos a la casilla de salida. Esquerra Republicana da por liquidado el acuerdo de investidura de Sánchez. Empezamos de cero. Veremos cómo se las apaña Sánchez sin los republicanos a la espera de ver lo que hace Bildu. Aquellos socios que unieron fuerzas para hacer saltar por los aires el gobierno de Rajoy ya no se entienden entre sí.
Arrimadas les vuelve a pasar la mano por la cara
Y si Arrimadas pretendía meter cizaña entre ellos para que acabaran peleados, lo ha conseguido. Sánchez les ha demostrado que hay vida más allá de su chantaje, y Arrimadas les ha dejado claro que todavía sigue pasándoles la mano por la cara. Lo hizo en Barcelona y lo sigue haciendo en Madrid... Para no perder la costumbre.
Arrimadas les ha herido el amor propio. Pensaban que tenían controlado al jefe del calabozo y han descubierto que Sánchez no encuentra en su diccionario la palabra 'fidelidad'.
Y mientras los capos de los partidos preparan la nueva estrategia, ya sin el lastre de un Sánchez dispuesto al diálogo y a ofrecer contrapartidas a Cataluña, las bases comienzan a movilizarse ahora que media Cataluña camina hacia la Fase 1 y la otra media hacia la 2.
Los violentos CDR empiezan a movilizarse
Los CDR han aprovechado el confinamiento para reorganizarse y han empezado ya con las movilizaciones ciudadanas... para no ser menos que Madrid. Y eso que Barcelona está todavía en la fase 0,5. Pero eso no les ha impedido organizar esta tarde un puñado de manifestaciones de protesta para recuperar sus viejas reivindicaciones independentistas: en la Bonanova, en Les Corts, en Gracia... La actividad vuelve a ser trepidante.
Arran, la organización juvenil independentista radical y violenta afín a la CUP, ya ha avisado, seguramente por aquello de que el que avisa no es traidor: "La nueva normalidad serán disturbios", en respuesta a una detención policial de uno de sus activistas. Era el detonante necesario para justificar su lucha contra la "violencia policial".
Es la triste realidad que espera a la ciudadanía catalana. Cuando salga del confinamiento entrará de nuevo en la epidemia del separatismo supremacista y radical. Y otra vez la murga de las protestas, los contenedores quemados, las calles cortadas, la policía cargando... Todo eso ya está aquí, de nuevo.
¡Qué pereza!