Pablo Casado confía en que el centro-derecha, representado por el Partido Popular, consiga convencer a los votantes en las futuras elecciones generales, por encima de la propuesta socialista.
Las últimas elecciones generales mostraban el comienzo de la desconfianza de los ciudadanos españoles hacia la formación presidida por Albert Rivera, quien decidía dimitir como líder de Ciudadanos tras la caída de escaños sufrida por su partido en dichas elecciones.
Una caída que ha vuelto a sucederse, esta vez, en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid, donde el partido ahora dirigido por Inés Arrimadas ha perdido más de 20 escaños, y con ellos, la representación del partido en la Cámara madrileña.
Desaparición autonómica ni siquiera Edmundo Val, uno de los hombres más fuertes y apreciados del partido, pudo evitar, y que ha marcado,para muchos, el principio del fin de la formación naranja, al menos, en el ámbito nacional.
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Y es que, ante la incertidumbre provocada por la pandemia del coronavirus, y el miedo a una nueva crisis económica, muchos ciudadanos han optado por confiar en Madrid por Isabel Díaz Ayuso y en el Partido Popular, que han demostrado en la capital española una capacidad de gestión inexistente en el Gobierno nacional.
Una confianza que, desde las líneas populares, se espera que se repita ante unas posibles elecciones generales anticipadas, redirigiéndose los votos de la formación naranja al PP de Pablo Casado.
Pablo Casado, convencido de la victoria
En una entrevista exclusiva con El Mundo, el líder de los populares, Pablo Casado, habría admitido que la unión de la centro derecha sería capaz de acabar con el Gobierno de Pedro Sánchez en las urnas, estableciendo los rumores que los españoles podrían volver a votar el Ejecutivo nacional el próximo otoño.
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Una unificación del voto de centro derecha planteada por el popular partiendo de la desaparición absoluta de Ciudadanos de la esfera nacional, absorbiendo el PP los votos de la formación naranja, así como los de los votantes del PSOE descontentos con la vinculación de Sánchez con los independentistas vascos y catalanes, así como la defensa de la izquierda extrema de Podemos.
Y es que los números vuelven a jugar a favor de los de Pablo Casado, eufóricos tras la victoria en la capital madrileña, que cuentan con que la tendencia en Madrid, Murcia o Galicia se repita, esta vez, en todo el territorio nacional.