Los Mossos d'Esquadra han sido señalados, durante los últimos años, como el 'brazo armado' de la Generalitat independentista de Cataluña, actuando muchas veces en favor de los intereses de los líderes del procés, o manteniéndose inmóviles por órdenes directas de la cúpula política de la policía autonómica.
Una situación que ha hecho que la reputación de los Mossos quede en entredicho, y que muchos consideren a estos agentes como parte activa del movimiento independentista, teniendo como referencia a Mossos secesionistas muy mediáticos como Albert Donaire.
Sin embargo, aún quedan Mossos dispuestos a enfrentarse a esta intromisión de la Generalitat en su acción policial: es el caso de Inma Alcolea, cabo de los Mossos en Gerona, perseguida por sus superiores tras conocer que no apoyaba el movimiento secesionista, a través de procesos, traslados, juicios y expedientes. "El jefe de coordinación regional me llamaba "colona inadaptada"".
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Acoso directo a la Mossa que tiene un principal punto de origen, tal y como ella misma ha defendido ante el digital Dolça Catalunya: la Generalitat.
"La degradación no es de todo el cuerpo de los Mossos, la degradación está a nivel político, en los partidos políticos independentistas que hacen que el cuerpo esté desprotegido" ha asegurado Alcolea "estamos vendidos".
Una crítica que lleva a la Mossa a realizar una afimación contundente contra la Generalitat catalana y su clase política: "los partidos independentistas han criminalizado al cuerpo de Mossos d'Esquadra".
Sin posibilidad de defenderse ante los radicales
"El cuerpo está desprotegido, nadie los defiende; falta material, los mandos están más preocupados por los amndos políticos que por los compañeros" lamenta Alcolea.
Una situación que hace que todos los agentes de la policía autonómica estén en grave riesgo ante los incidentes con los radicales independentistas que, cada vez más habitualmente, se producen en las calles catalanas.
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"Cuando vi lo de Vich pensé en los 11 agentes lesionados. Son agentes de seguridad ciudadana, no tienen protecciones, se enfrentaron a pelo a 50 zumbados independentistas. Estuvieron 45 minutos esperando a agentes especializados".
Una situación que desde la Generalitat no se plantean modificar, tal y como denuncia Alcolea, quien critica que tras cinco días de altercados violentos, las declaraciones del Gobierno catalán señalen que "hay que cambiar el orden público", prohibiendo a los agentes identificar a los secesionistas radicales que queman contenedores, bloquean carreteras y se enfrentan a los Mossos aún fieles al Estado.