Los españoles ya no están sorprendidos de que Pedro Sánchez se contradiga a sí mismo. Las palabras y actos del presidente del Gobierno no tienen nada que ver con el comportamiento de Sánchez cuando era secretario general del PSOE. Unas antiguas declaraciones suyas están siendo compartidas por todas las redes sociales para señalar la hipocresía y la falta de compromiso con sus propias palabras.
Meses antes de los devastadores incendios que están devorando los bosques de Castilla y León, Sánchez afirmó orgulloso que "la política no es hacerse un 'book' de fotos". Estas palabras resultan más que contradictorias, especialmente cuando Sánchez ha empleado su apariencia como un arma electoral y un potenciador de su escaso carisma.
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Cuando llegó la famosa comparecencia en una de las zonas más afectadas por los incendios, se pudo comporbar cómo Sánchez ha seguido una tendencia que ha dado resultado hasta ahora: intentar salir lo mejor posible en las fotos. Esto quedó constatado con la polémica del supuesto posado que había realizado Sánchez, con los terrenos calcinados a sus espaldas.
Aunque se probó que la imagen se había sacado de contexto, la realidad sigue siendo la misma. Sánchez asegura que la política no son fotos, pero es de las primeras cosas que busca: tener una imagen de la que presumir y con la que jugar a ser estadista. El supuesto posado de los incendios no es el único ejemplo.
Uno de los más llamativos ha sido la imagen en la que se le puede ver hablando con Joe Biden. Aunque Sánchez intenta venderlo como un éxito y colocar a España como un importante agente de la política internacional, la verdad de estas imágenes es que los intercambios con el presidente de Estados Unidos apenas han durado más de 30 segundos y siempre han sido forzados hasta el extremo por Sánchez.
Las contradicciones y las muestras de hipocresía son la tónica dominante en el gobierno de Pedro Sánchez. Durante los años que lleva gobernando a los españoles, el líder socialista no ha hecho más que mentirles. Incluso desde el principio. Casi todos recuerdan las afiladas críticas que Sánchez hacía a los presupuestos del anterior ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Sin embargo, cuando se quedó en minoría en el Congreso, en lugar de persuadir a posibles socios y aliados para sacar adelante sus propias cuentas, no tuvo más remedio que prorrogarlos, aunque dijo que no lo haría. También prometió convocar elecciones generales si triunfaba su moción de censura, algo que no sucedió hasta que el Gobierno estuvo consolidado. La composición del primer Ejecutivo de Sánchez también tardó algo más de lo esperado.
La rabia de Pablo Iglesias no tiene límite y resucita este viejo conflicto
La presión sobre Pedro Sánchez está en aumento: el acercamiento de las elecciones generales y la consolidación del 'efecto Feijóo' en los sondeos y encuestas dibujan un futuro muy negro para la reelección del líder socialista, que aun así no teme en enfrentarse en un salvaje cara a cara con el líder gallego. Este enfrentamiento del Senado, el primero de muchos, podría marcar la diferencia en los próximos comicios.