La complicada legislación española vigente hace que sea posible que el consumo o la plantación de esta droga sea, a la vez, legal e ilegal.
Imitando el paso de otros 14 estados dentro de Estados Unidos, Nueva York ha tomado la decisión de aprobar el proyecto que legaliza el uso recreativo de la marihuana por mayores de 21 años, edad de mayoría de edad en el país norteamericano.
Un proyecto controvertido que ha salido a la luz gracias al acuerdo entre los demócratas del senado, la Asamblea, y el gobernador del estado, Andrew Cuomo, quien asumía hace años este proyecto como una "promesa personal" ante los contribuyentes.
"Nueva York tiene una historia de ser la capital progresista de la nación, y esta importante legislación continuará una vez más con ese legado" ha indicado Cuomo en un comunicado, en el que ha agradecido el trabajo de los líderes de las Cámaras, Andrea Steward-Cousin y Carl Heastie, en el proceso.
Pero esta legislación no sólo permitirá a los newyorkinos tener acceso al cannabis de forma legal, sino que también supondrá un nuevo mercado que contribuirá a la recuperación de las arcas del Estado tras la pandemia del coronavirus.
Así pues, la legislación podría recibir más de 350 millones de dólares en impuestos anuales a esta droga, siendo parte de esa 'inyección económica' destinada a las comunidades de minorías afectadas por las severas sentencias de posesión que hasta ahora, han sido legítimas en la ciudad norteamericana.
Así mismo, el Ejecutivo calcula que, tras la pandemia, el mercado del cannabis podría generar entre 30.000 y 60.000 nuevos puestos de trabajo, suponiendo un gran y necesitado descenso del paro.
España, con una legislación 'ambigua' ante el cannabis
Pese a que esta inyección económica sería muy beneficiosa en el caso español, donde la crisis económica provocada por el coronavirus promete diez años de 'apretarse el cinturón', no existe actualmente ningún proyecto del Ejecutivo nacional que indique que este hecho podría producirse próximamente.
Sin embargo, la legislación española, de difícil comprensión, contempla un 'vacío legal' ante el cannabis, siendo legal e ilegal a la vez su plantación y consumo en el país, más allá de sus fines terapéuticos.
Así pues, el consumo de marihuana en España es legal en espacios privados o clubs cannábicos, pero es ilegal su consumo en la calle, con multas mínimas de 600 euros; por tanto, su posesión es legal en espacios privados, pero también es ilegal estar en posesión de esta droga en vía pública (con multas entre los 600 y los 10.000 euros).
Del mismo modo, el cultivo de marihuana es legal, en espacios privados y que no se puedan ver desde la vía pública. Además, este cultivo debe ser exclusivamente para consumo propio, siendo un delito penado con cárcel si esta plantación crea sospecha de que pueda ser para uso lucrativo.