Loki siempre ha sido un perro travieso y juguetón, con mucho cariño que dar.
Y ese cariño ha hecho que su dueño nunca fuese capaz de entrenarlo a base de autoridad.
"Creció haciendo lo que quería. Siempre me ha parecido muy encantador, y quizás por eso no sea el mejor entrenador. Nunca lo regañé" - confiesa su dueño.
Y es que a Loki no le gusta cumplir con las normas de casa. Le gusta jugar, con su cama, con las mesas, con lo que pilla delante.
"No sé si solo es un perro travieso que es demasiado inteligente para portarse bien, pero entiende lo que es la autoridad y no le gusta"
Tallulah aparece, y todo cambia
Sin embargo, cuando nació Tallulah, todo cambió.
Loki se tomó su papel de 'hermano mayor' muy en serio, y pronto la niña y el perro se hicieron inseparables.
Ahora, ambos se embarcarán en una nueva aventura: un nuevo hermanito llega a la familia. ¡¡Play!!