El proceso de desestabilización del independentismo en Cataluña tiene nombres y apellidos. La lista negra de propagandistas que han generado una situación de inestabilidad necesaria para que el separatismo creciera en los últimos años.
El historiador Josep Burgaya, de la Universidad de Vic, le ha puesto nombres y apellidos al aparato de propaganda del independentismo catalán en su libro “Populismo y relato independentista en Cataluña ¿Un peronismo de clases medias?" (El Viejo Topo). (Torra 'regala' un millón y medio a la propaganda indepe mientras colapsa la Sanidad)
El aparato de propaganda
El nexo de unión con el peronismo se basa en el meticuloso esfuerzo de los políticos con mando en plaza para ganarse la confianza de la clase media anteponiendo sus objetivos soberanistas sobre todo lo demás.
Para ello la clase dirigente ha necesitado apoyarse en un poderoso aparato de propaganda que ha repetido machaconamente sus tesis para calarlas entre la población. (Torra compra a la OMS para que hable bien del sistema sanitario catalán: ¡Propaganda pura y dura!)
Publicistas y comunicadores a sueldo
Y señala a medios y periodistas que han sido clave para "convertir determinados relatos primero en hegemónico y después casi en único", adviertiendo que para ello "se requiere poner a sueldo de manera directa o indirecta, a publicistas y comunicadores”.
Y como principales “agitadores y propagandistas” Burgaya señala a “Pilar Rahola, Francesc-Marc Álvaro, Agustí Colomines, Salvador Cardús, Joan B. Culla, Xavier Sala Martín, Pepe Antich”. Estos serían la clase A de la agitación propagandística.
Y junto a ellos, y no menos valiosos: "Mònica Terribas, Jordi Basté, Toni Soler, Bed Oliu, Joan Josep Queralt, Ricard Ustrell, Cristina Puig, Toni Soler, Bernat Dedeu, Jordi Graupera, Pilar Carracelas, Ferran Casas, Jordi Borràs, Enric Vila, Eduard Voltas o inclasificables como Miquel Calzada”.
Políticos que quieren pasar a la historia
Burgaya lamenta que “una de las víctimas principales de este proceso ha sido el periodismo, entendido como una practica basada en la verdad, la profesionalidad y la ecuanimidad". (La propaganda separatista y cobarde ataca con saña a las hijas del Rey)
Y advierte que el Procés no es “un litigio de soberanías entre Cataluña y España” sino algo más profundo que ha provocado una “profunda división entre los ciudadanos de Cataluña” que puede provocar “daños difícilmente reparables”.
Y concluye: “No hay nada peor -insiste- que la una generación de políticos con la predisposición de pasar a la historia”, refiriéndose a los líderes mesiánicos que han conducido a Cataluña al abisnmo económico y social.