La vacuna del coronavirus era anunciada en España como un verdadero alivio ante la pandemia del coronavirus, tanto para los ciudadanos como para la Administración pública, sobrepasada por la situación sanitaria: "Es el principio del fin" aseguraba Salvador Illa el pasado mes de diciembre.
Efectivamente, en enero comenzaban las vacunaciones masivas en el país, centrando las primeras dosis en inmunizar a los ancianos de las residencias y al personal sanitario que cuida de los mayores, estableciendo Sanidad un orden de vacunación según el riesgo ante el Covid-19.
Sin embargo, parece que este 'orden' de vacunación no ha gustado a todos los dirigentes políticos del país, que han decidido 'aprovecharse' de su posición para adelantarse en las listas de espera, y recibir ya su primera dosis de la vacuna.
El PP acusa de inmoralidad política a Illa y denuncia la falta de vacunas y jeringuillas
Hace una semana saltaba a la opinión pública el caso de Sergi Pedret, el alcalde de JxCat en Ruidoms, que se vacunaba contra el Covid-19 durante una visita a la Residencia de la Onada de Ruidoms. Sin embargo, no ha sido el único que, en estos últimos días, ha aprovechado su provilegiado puesto de trabajo.
Sonoro también ha sido el caso del consejero de Salud de Murcia, Manuel Villegas quien, a pesar de las múltiples explicaciones que dio acerca de su vacunación, terminó dimitiendo debido a la presión de los demás partidos y de algunos miembros de su socio de Gobierno, Ciudadanos. También en Murcia la alcaldesa socialista de Molina de Segura, Esther Clavero, ha recibido la dosis.
Javier Guerrero, consejero de Sanidad de Ceuta, también ha admitido haber recibido la vacuna, asegurando en rueda de prensa que en ningún momento se había saltado el protocolo, sin tener intención alguna de dimitir de su cargo.
Dentro de la Comunidad Valenciana, los alcaldes socialistas de Fran López, Ximo Coll, Carolina Vives y los populares Bernabé Cano, José Galiano y, ya en Alicante, Juan Bautista Roselló. Misma acusación pesa sobre los alcaldes cordobeses Francisca Alamillo, José Luis Cabrera y Jesús Fernández.
Las excusas se repiten, pero no convencen
Muchos de los políticos 'pillados' vacunándose han puesto la misma y poco convincente excusa: "sobraban" vacunas y, antes de tirarlas, al no poder conservarlas adecuadamente, prefirieron recibirla.
Otros, han optado por asegurar que su vacunación está totalmente justificada debido a que, por su cargo político, están "expuestos" de forma continuada al virus, estando "en contacto directo" con centros sanitarios, residencias, etc.
Excusas que, sin embargo, no han servido para calmar a los sanitarios, que aún no están en proceso de vacunación pese a ser la primera barrera contra el virus, así como a la ciudadanía, enfurecida en las redes sociales ante la falta de decoro y responsabilidd de estos dirigentes: "Éticamente es bastante lamentable" o "sois unos sinvergüenzas" son algunos de los comentarios que se pueden leer en Twitter.