La justicia le quita a Jiménez Losantos la mordaza que trató de ponerle Irene Montero

Los tribunales dan la razón a Losantos y deshacen el fallo en su contra

14 de Marzo de 2020
La justicia le quita a Jiménez Losantos la mordaza que trató de ponerle Irene Montero
La justicia le quita a Jiménez Losantos la mordaza que trató de ponerle Irene Montero

Menudo palo se ha llevado la ministra de igualdad, Irene Montero. Y no, no es el positivo en coronavirus después de haber liderado la manifestación feminista del 8M con miles de personas a su alrededor.

La Audiencia Provincial de Madrid ha revocado la sentencia que condenó a Federico Jiménez Losantos por criticar la actuación de la ministra durante la moción de censura de Mariano Rajoy. (Trato de favor a Irene Montero: ¿Por qué supo tan rápido que tenía el coronavirus mientras otros tienen que esperar días?)

Así fue la sentencia

El Juzgado de Primera Instancia nº53 de Madrid condenó a Losantos a pagarle una indemnización de 3.000€ a Irene Montero y a borrar de manera definitiva los archivos digitales de Es Radio que contenían la ‘ofensa’.

Además, tuvo que leer el fallo de la sentencia durante 3 días seguidos a las 6, a las 7 y a las 8 de la mañana. El juez consideró que los comentarios fueron lesivos para el honor de la actual ministra. (Irene Montero da positivo, pone a Iglesias en cuarentena y en riesgo máximo a Sánchez y todo el Gobierno)

Recurrió

La abogada de Losantos, María Dolores Márquez de Prado, presentó un recurso ante la Sección Octava de la Audiencia Provincial Civil de Madrid que ha hecho revocar la decisión del juzgado.

La Audiencia señala que “los términos empleados, aunque redunden en descrédito de la afectada, no sobrepasan la intención crítica pretendida”. Adicionalmente, Irene Montero tendrá que pagar las costas en primera instancia.

Resolución

“Cuando la intromisión al honor denunciada consista en expresiones ofensivas, si se emiten en un contexto de crítica política (como lo es) y van dirigidas a un persona público que ejerce funciones públicas (como lo es) se verán amparados por el derecho a la libertad de expresión y solo excepcionalmente se deberá considerar que se rebasan sus límites, limites que se deben interpretar de forma restrictiva. Y ello por el carácter esencial que en una sociedad democrática tiene el derecho a la libertad de expresar libremente opiniones, derecho consagrado en nuestro texto constitucional (artículo 20) así como en el Convenio Europeo de Derechos Humanos (artículo 10.1)”.

Podemos y la justicia es una historia de amor rota

Los comentarios del periodista hacían referencia a la poca preparación o formación que tiene Irene Montero para desempeñar su cargo, teniendo así un “deficiente desenvolvimiento como parlamentaria”.

La Audiencia Provincial cree que no se tratan de meros insultos ‘por amor al arte’, sino que están dentro del contexto político y se hacen como opinión pública, ya que tratan sobre su actividad como política.

Los comunistas autoritarios y su doble vara de medir

El partido de Pablo Iglesias pretende, si no lo es ya, ser un reflejo del partido de Nicolás Maduro. Insultos contra Podemos, denegados, e insultos contra el resto, respaldados.

Recordemos que el partido del coletas defendió la ‘libertad de expresión’ del rapero prófugo Valtonyc (“matar a un puto guardia civil”) o (“poner una bomba al fiscal”).

Defendió a la tuitera Cassandra (“Me molesta que Rajoy todavía no haya recibido un balazo en al cabeza”).

Defendió al cantante de ‘Def con Dos’, César Strawberry, condenado por el Tribunal Supremo por letras como: “A Ortega Lara habría que secuestrarle ahora” y “El fascimo sin complejos de Esperanza Aguirra me hace añorar hasta los GRAPO”.

Demandas sin ton ni son

Los máximos exponentes del partido comunista, en cambio, no muestran la misma capacidad de comprender la libertad de expresión cuando un periódico desveló que recibieron 270.000 dólares de Maduro.

O cuando también dieron a conocer al mundo que esas personas “humildes”, de “gente de barrio”, que “saludan al panadero cada mañana”, se convirtieron en marqueses al comprar la mansión de Galapagar. Entonces, denuncia, que por el momento han perdido todas.