La vicepresidenta Carmen Calvo ha organizado un terremoto político al dejar caer que los votantes de derechas que han llevado a Díaz Ayuso a la presidencia de Madrid son nazis por dejarse engañar con las libertades que les han prometido.
El PSOE ha encajado con mala cara los resultados electorales de Madrid. Los ciudadanos fueron a votar libremente y decidieron castigar a la izquierda y su desatado interés por machacar a impuestos a la población.
A Carmen Calvo no le gustó que el PP ganara en Madrid prometiendo libertad. Y ha aprovechado para establecer un paralelismo entre las libertades que garantiza Díaz Ayuso con las que llevaron a Hitler al poder en Alemania.
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"A veces el fascismo aparece con la bandera de la libertad. Con la libertad de quienes pensaron que la limpieza que querían hacer en Europa les llevaba a asesinar en los campos de concentración", ha dicho Calvo. Se trata de una comparación y desafortunada y fuera de lugar de quien no ha digerido los resultados electorales.
No lo ha dicho directamente, pero se le ha entendido todo. Ha venido a llamar "nazis" a los votantes madrileños que han otorgado su confianza a Díaz Ayuso para que les gobierne.
La vicepresidenta de Sánchez ha acusado al PP de ejecturar "una campaña sin proyecto alguno, que ha consistido en cañas, no encontrarte a tu ex y recibir abrelatas de berberechos. España no está para eso, pero como eso lo diciden las urnas, nosotros lo asumimos".
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Y para buscarle sombras a las luces del triunfo aplastante de Ayuso, ha intentado menospreciar a su jefe Pablo Casado: "en la noche electoral se vio que Casado es el número dos del PP. Ha permitido que Ayuso lleve al discurso los contenidos más radicales de la derecha. No sé cómo va a funcionar eso en el resto de España", ha dicho.
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Calvo ha mostrado su rabia por el éxito de Ayuso: "Para un socialista es difícil hablar de cañas, de ex y de berberechos. Estamos acostumbrados a jugárnosla con programas, gestión y trabajo", y ha asegurado que "no existe una vida a la madrileña ni nada", tratando de equiparar los mensajes de Ayuso con los del separatismo radical catalán. Y lamentando que se haya escuchado en Ayuso "cosas inentendibles y esperpénticas"
Finalmente Calvo ha tratado de ponerle agua al vino del éxito electoral de Ayuso en Madrid advirtiendo que ahora Casado "tiene que plantearse si el discurso de ultraderecha de Madrid es el discurso de la ultraderecha del PP en España". "Eso es un problema para la derecha", ha dicho. Ahora se trata de convencer a España de que Madrid no es España y que los españoles son otra cosa: ni nazis, ni berberechos ni cañas.