Los investigadores de la Universidad norteamericana de Stanford han conseguido crear una nueva interfaz de entendimiento entre cerebro y ordenador que permite a las personas con parálisis convertir el pensamiento en escritura visible a través de una pantalla.
El voluntario del exitoso experimento, denominado T5, perdió toda capacidad de movimiento de cuello para abajo debido a una lesión en la médula espinal en 2007.
Un paciente que, nueve años más tarde, recibía en su cerebro dos chips de interfaz cerebro-ordenador insertados por el profesor de neurocirugía Jaimie Henderson. Cada uno de esos chips, del tamaño de una aspirina infantil. contiene 100 electrodos que recogen las señales de las neutonas que se disparan en la corteza motora del cerebro de T5, la responsable de los movimientos de las manos.
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Así pues, los investigadores pidieron al paciente que intentara 'escribir' frases como si su mano no estuviera paralizada, imaginando que tenía un bolígrafo en la mano.
Un ejercicio que resultó exitoso, ya que los chips implantados entendieron las señales cerebrales de T5, enviando las señales por cable a un ordenador, donde, a través de algoritmos especícos de inteligencia artificial, se pudo deducir el movimiento de la mano previsto por T5.
Una velocidad semejante a la de un smartphone
Frank Willet, investigador del laboratorio, ha destacado que el cerebro "conserva su capacidad de predecir movimientos finos una década entera después de que el cuerpo haya perdido su capacidad de ejecutar esos movimientos", en relación a la capacidad de escritura de T5.
Una capacidad del cerebro, descubierta ahora por el grupo de investigación, que ha permitido a T5 escribir a una velocidad comparable a la de la escritura típica de un smartphone por parte de personas de su misma edad; en concreto, una velocidad de 90 caracteres por minuto, siendo la media de 115 caracteres, según los autores del hallazgo.
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Un desarrollo que supone un gran avance con respecto al método anterior, desarrollado por el mismo equipo, en el que el paciente seleccionaba letra a letra en un teclado virtual.
"Los hallazgos podrían impulsar nuevos avances que beneficien a millones de personas en el mundo, que han perdido el uso de sus extremidades superiores o su capacidad de hablar debido a lesiones de la médula espinal, derrames cerebrales o esclerosis laterial amiotrófica, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig" ha asegurado Henderson.