Los doce acusados en la causa por el 'procés' independentista en el Tribunal Supremo han apelado con diferentes fórmulas al tribunal durante su turno de última palabra para instarle a que sea "valiente" -así se lo ha pedido expresamente el exconseller Raül Romeva- y utilice la "oportunidad" de dictar sentencia para lograr una solución del conflicto en Cataluña en vez de "agravarlo".
Oriol Junqueras se disfrazó de profesor y padre de familia para intentar trasladar al Tribunal Supremo una imagen de hombre bueno.
Sin embargo, no todos optaron por un mensaje de humildad, y es que Raül Romeva se mostró desafiante e intentó amedrentar al juez Marchena.
"En este banquillo no estamos sentadas doce personas sino dos millones que se sienten concernidas con lo que ha pasado y con la decisión que ustedes van a adoptar, que esperan que sea valiente", espetó Romeva apelando directamente al magistrado Manuel Marchena y a sus compañeros.
Raül Romeva pidió “valentía” al Tribunal Supremo para que la sentencia sea absolutoria, algo que ni él mismo cree posible.
La advertencia de Turull a la Sala
Durante su alegato final, el exconseller de Presidencia Jordi Turull se ha atrevido a advertir a la Sala del Tribunal Supremo que aunque la sentencia sea condenatoria no conseguirán “descabezar al independentismo” ni impedir que los catalanes “decidan su futuro”.
Entendemos que Turull, perro faldero de Puigdemont, confía en el expresidente fugado y en Quim Torra como cabezas de un independentismo que hace tiempo que va a la deriva.