La final del Mundial femenino de balonmano terminó con una gran polémica.
A falta de ocho segundos para el final del partido, con empate a 29 en el marcador, Ainhoa Hernández se plantó delante de la portera holandesa Tess Wester e impidió que sacase.
El balón salió rebotado y acabó en poder de la española Shandy Barbosa, pero la pareja de árbitros francesa decidió expulsar a Fernández y decretó lanzamiento desde los 7 metros favorable a las holandesas.
El reglamento
Según la norma, una jugadora puede estar fuera del área, pero no tocar el balón antes de que salga de la línea del área.
El reglamento también dice que en los últimos 30 segundos de partido, si el balón no está en juego, tal y como sucedió en la acción, se castiga con expulsión y lanzamiento desde los 7 metros que una rival impida el saque para evitar una ocasión de gol.
Las colegialas galas consideraron que Fernández había cometido una ilegalidad.
No había video arbitraje por lo que la decisión de la pareja arbitral fue decisiva.
Lois Abbingh no fallo desde los 7 metros y Holanda se alzó con el oro Mundial y España se tuvo que conformar con la plata.
Ejemplo de deportividad
Las jugadoras españolas dieron un tremendo ejemplo al no protestar la controvertida decisión arbitral.