La actividad física no es solo hacer uno o varios ejercicios. También es fundamental que el cuerpo se recupere de la forma correcta tras completar la actividad deportiva. A continuación, te explicamos la forma de hacerlo.
Muchos piensan que el organismo se restaura tumbándose en el sofá y descansando durante unas horas pero no es así. Se trata de un proceso compuesto por una recuperación rápida y otra lenta.
Consejos prácticos que debes tener en cuenta después de correr
Recuperación rápida
Es la que se produce en los 30 minutos posteriores a la finalización de la actividad física. Se trata de un proceso de normalización del sistema cardiovascular y del sistema de hormonas del estrés.
En estos primeros minutos tras el entrenamiento se produce una significativa reestructuración del metabolismo. Eso sí, no es la única fase para que el organismo se recupere del todo.
Recuperación lenta
Al alcanzar el proceso metabólico se activa la síntesis de proteínas y aminoácidos, se restaura el equilibrio hídrico y el cuerpo comienza a absorber los nutrientes que se utilizan para restaurar las células dañadas.
Dentro de la recuperación lenta hay varias subfases como la super-compensación y recuperación retrasada. Hay que completar este proceso correctamente para asegurar el equilibrio y que el cuerpo esté listo para el siguiente entrenamiento. De lo contrario, aparecerán las fatigas musculares y las dolencias.
Muchas personas dejan de hacer deporte por esta razón, porque no recuperan de la forma adecuada y piensan que su organismo no soporta esa actividad física.