La historia de la cuarta niña de Alcàsser, Esther Díaz, al descubierto

Estar enferma salvó a la pequeña del terrible final de sus amigas de toda la vida.

21 de Julio de 2019
La historia de la cuarta niña de Alcàsser, Esther Díaz, al descubierto
La historia de la cuarta niña de Alcàsser, Esther Díaz, al descubierto

13 de noviembre de 1992. 

Ese fatídico día, Esther Díez se encontraba enferma, y, tras acudir al ambulatorio para ser tratada, se reunió con sus amigas de toda la vida, Miriam, Toñi y Desirée. Las niñas de Alcàsser.

Las cuatro fueron a casa de Esther, donde estuvieron jugando a las cartas y viendo una película, hasta las 20:00 /20:30 horas. (la hora nunca llegó a conocerse exactamente), cuando las tres víctimas se despidieron de su amiga,a la que no volverían a ver.

"Teníamos que haber ido las cuatro a una discoteca y fueron a mi casa antes de ir a la discoteca porque no me encontraba bien, estaba enferma", declaro Esther en el juicio.

Fue de camino a la discoteca, donde las vieron los testigos Francisco Martínez Hervás, quien las llevó hasta la gasolinera Mari de Picassent, y José Antonio Cano, que las vió allí haciendo autostop cinco minutos más tarde.

"Acostumbrabamos a ir a la discoteca en autostop, cuando perdíamos el autobús nos íbamos a dedo" recordaba Esther en el cuartel de la Guardia Civil cuando se interpuso la denuncia de desaparición en 1992. Así, haciendo autostop, conocieron las niñas a sus asesinos, Antonio Anglés y Miguel Ricart, que las recogieron y las llevaron al paraje de La Romana, donde fueron asesinadas.

"Nunca nos hemos subido en un coche que no conociéramos"

El 28 de mayo de 1997, la cuarta niña de Alcàsser declaraba ante el Tribunal, y les ayudaba enormemente a entender el recorrido de las víctimas.

Esther afirmó en la sala que ninguna de las cuatro niñas conocía a sus agresores. "Cuando hacíamos autostop, a algún coche sí le hemos dicho de no subir. Normalmente subíamos si conocíamos a la gente o con familias mayores, un matrimonio. Alguna vez nos han parado tres chicos y me he acordado de no haber subido. Creo que nunca hemos subido a un coche que no conociéramos"

Esther, que siempre ha sido consciente de que ponerse enferma aquel día le salvó la vida, seguirá siempre recordando a sus amigas. "Éramos amigas. Unas más, otras menos, pero éramos amigas todas".