La historia de Kitty es todo un ejemplo de superación. ¡¡Se te caerá una lagrimita!!

Por fin podemos contaros una historia con final feliz...

29 de Septiembre de 2020
La historia de Kitty es todo un ejemplo de superación. ¡¡Se te caerá una lagrimita!!
La historia de Kitty es todo un ejemplo de superación. ¡¡Se te caerá una lagrimita!!

La protectora de animales FAADA nos ha hecho llegar la historia de superación de Kitty, una gata que fue atropellada y ha tenido que superar todo tipo de dificultades hasta encontrar una familia.

Una historia con final feliz que nos ha conmovido y queremos compartir con vosotros.

La historia de Kitty

Mi nombre es Kitty y te voy a contar una historia con final feliz. Hace unos años me atropellaron en la calle. Me dejaron muy mal herida: perdí un ojo, la visión del otro, me quedé sorda y mi mandíbula resultó irremediablemente lesionada. Fue necesario intervenirme quirúrgicamente.

Pero además de la operación tuvieron que colocarme un tubo de esofagostomía para poderme alimentar ya que a duras penas podía abrir la boca y me resultaba imposible comer y acicalarme.

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6 meses agónicos

Mi situación era súper complicada y lo pasé muy mal durante 6 largos meses: me tenían que alimentar 3 veces al día por una sonda y padecía mucho dolor.

Las técnicas de FAADA, que ya habían gestionado mi primera intervención y me habían encontrado una casa de acogida, decidieron entonces acudir a la Clínica Felina de Barcelona para tener una segunda opinión.

Allí acordaron practicarme una artroplastia bilateral de las articulaciones temporomandibulares (una operación muy complicada, sí) para intentar que pudiera volver a abrir la boca.

El resultado fue espectacular. A tan solo 48 horas de la cirugía, ya comía con ganas y me acicalaba. Cuatro días después pudieron sacarme el tubo que había llevado durante más de 6 meses… ¡qué sensación de alivio!

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Una familia maravillosa

Y todavía no te he contado lo mejor, porqué el equipo de FAADA también ¡me encontró una familia! Desde hace 3 años vivo con mis padres adoptivos y soy la mar de feliz. Les da igual que no vea y no oiga, ellos me quieren tal y como soy.

Dentro de lo complicada que ha sido mi vida sé que he tenido mucha suerte: pero allí fuera todavía quedan muchísimos perros y gatos que cada día acaban abandonados, heridos o viven en la intemperie.

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