Con apenas 24 años encima una joven de Faversham, Inglaterra, estuvo a un paso de perder la vida por un dictamen médico equivocado. Hanna Catton es la protagonista de una historia que conmueve al Reino Unido y que ha generado conmoción en los círculos más altos del sistema de salud del país.
Hinchazón, sensación de saciedad, periodos irregulares e infecciones en el tracto urinario eran los síntomas de una joven que tras varias visitas al médico pidió un riguroso dictamen. Los dolores no se iban y tras algunos meses de seguimiento, los expertos le diagnosticaron sobrepeso juvenil.
Le aseguraron que no tenía nada de que preocuparse, que su situación no era distinta a la de cientos de jóvenes con problemas de alimentación y metabolismo en el Reino Unido. Incluso cuenta Hanna que cada vez los controles eran menos extensos, como si a los médicos no les preocupase ni quiera su estado de salud.
"La doctora no palpó mi abdomen, y si se hubiera tomado el tiempo para hacerlo, probablemente había sentido que algo no andaba bien ahí. Vivía con dolor menstrual, fatiga crónica, síntomas similares a los de las infecciones urinarias y estaba hinchada. Sabía que algo andaba mal, pero ningún médico parecía preocupado", indicó en su testimonio en BBC News sobre una historia que por poco termina en desgracia para la joven de 24 años.
“Estoy en bastante forma física”, le decía de manera repetida Hanna a los doctores cuando estos le recomendaban bajar de peso en cada encuentro. La británica no entendía nada de lo que le ocurría a su cuerpo, que cada vez recibía menos alimentos y se encontraba más hinchado.
Mudarse a Australia le sirvió para saber la verdad
Se marchó de Inglaterra en 2019 con destino a Oceanía, donde tras varias revisiones por su embarazo ectópico los médicos le dijeron que ni mucho menos su situación pasaba por un problema de sobrepeso. Hanna tenía cáncer y un tumor de 20 centímetros que pesaba más de dos kilos en su cuerpo.
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Las cosas se complicarían aún más cuando el año pasado y en medio de una nueva ola de covid que azotaba el planeta, la joven inglesa era notificada sobre el estado de dicho tumor. Este se había reventado, por lo que desde entonces su vida se ha reducido a sesiones de quimio y el luchar por su vida lejos de su familia.
"Fue una conversación extremadamente difícil de tener con mis padres por teléfono, decirles que no sabía si iba a morir”, aseguraba en una charla con BBC donde hizo un llamado a atención a toda la comunidad de salud internacional y a las mujeres para que constaten cualquier dictamen que reciban de los expertos. Esta es la historia de Hanna Catton, quien ahora mismo lucha por su vida a 10.500 kilómetros de su hogar.