A Gregorio Esteban Sánchez, más conocido popularmente como Chiquito de la Calzada, los reconocimientos oficiales le llegaron demasiado tarde.
No fue hasta exactamente el pasado 28 de febrero, más de tres meses después de su fallecimiento, a los 85 años de edad, por las complicaciones generadas después de sufrir una angina de pecho y tuviera que ser sometido a un cateterismo.
Ese mismo día, la Junta le condecoró a título póstumo con la medalla de Andalucía. Con la medalla recibida, la sobrina del humorista decidió donarla a la hermandad, algo que seguramente el cómico hubiera querido.
Para la cofradía, la donación de la condecoración fue una gran alegría y un honor. Así lo expresó el hermano mayor del cautivo, el periodista Ignacio Castillo, asegurando que la medalla será exhibida en el museo de la hermandad.
Polémicas tras su muerte
Desde su fallecimiento, las polémicas en torno a la muerte del cómico y a la herencia que deja no han dejado de surgir. A pesar de que el matrimonio nunca tuvo descendencia, amigos y cercanos a la pareja aseguran que ese vacío se llenó con la presencia de su inseparable sobrina, Loli Arjona, a quien el cómico nombró heredera universal.
El patrimonio incluía todas sus propiedades inmobiliarias en la Costa del Sol, sumado a la mansión de Málaga situada delante del mar y valorada en 400.000 euros.
La decisión del humorista de haberle dejado todo a su querida sobrina provocó un poco de revuelo entre los demás miembros. En particular, al resto de sobrinos y a su hermano Tomás, que nunca estuvieron de acuerdo con la decisión de Chiquito.
Según ha desvelado el programa 'Sálvame', Tomás se llevó la medalla para "enseñársela a alguien", impidiendo así que su Loli se fotografiase con ella. El hermano jamás la devolvió, y el programa de Telecinco se ha puesto en contacto con él para que explique delante de toda España, la razón de esa decisión.