Los chalecos amarillos franceses también participan en las revueltas callejeras que no tienen fin en las calles de Barcelona. Ellos aportan su experiencia y profesionalidad en la lucha contra las fuerzas de seguridad.
Los chalecos amarillos franceses están formados mayoritariamente por miembros de la extrema derecha gala y ha tenido mucho que ver en el intento de asalto de un cuartel de la guardia civil y en la furgoneta de las fuerzas de seguridad que este fin de semana ha sido quemada con un agente en su interior, según apunta El Confidencial.
La pancarta más siniestra de las protestas: "Nos habéis enseñado que ser pacíficos es inútil"
Su colaboración también ha sido vital en el corte de la AP7 a la altura de Gerona. Los activistas violentos y radicales mantuvieron cortada la autopista que conecta Barcelona con Francia por espacio de dos horas durante el pasado sábado.
Y junto a ellos actúan grupos violentos independentistas, como los tristemente famosos CDR, bajo el lema de "independencia o barbarie" y advirtiendo que "quien siembra miseria recoge rabia".
La cuestión es que lo que empezó siendo una protesta contra la detención del rapero Pablo Hasél se ha convertido en una nueva excusa para dar rienda suelta a las manifestaciones antisistema con bancos y comercios de lujo como principales objetivos.
Pablo Hasél asiste feliz al salvajismo en las calles y sólo denuncia "la violencia policial"
Mientras tanto JxCat y ERC se mantienen en una prudente equidistancia y la CUP no sólo no condena la violencia sino que la jalea. Por otra parte, las organizaciones sociales como la Asamblea Nacional de Cataluña va a su bola y saca provecho de los disturbios acusando al estado represor: "somos mayoría política y social", sostienen, e insisten en que los últimos resultados electorales "nos vuelven a legitimar interna y externamente".
La ANC mueve los hilos detrás de las protestas
La ANC insiste en reclamar a la ciudadanía el boicot a los productos españoles, en imponer a la fuerza la lengua catalana y en recomendar la desobediencia institucional mientras los políticos preparan la autodeterminación.
Los Mossos ya saben quién está detrás de las protestas violentas
Se ha juntado lo peor de cada casa para hundir la imagen y la economía de Barcelona y de Cataluña. Contrariamente a lo que piensan, la imagen que proyecto Cataluña al mundo genera más rechazo hacia el movimiento independentista, que ya no puede ser vendido como una "víctima" de España, sino como un problema de violencia y radicalismo que el estado español debe resolver de una vez por todas.
Pero, lamentablemente, ni desde Madrid ni desde la Generalitat se mueve un dedo para acabar con esta modalidad de delincuencia que campa a sus anchas saltándose la ley y propagando el pánico entre la ciudadanía hasta de tanta violencia.