El independentismo catalán sigue concentrando gran parte de sus esfuerzos en aleccionar a los niños de la autonomía catalana según los intereses del nacionalismo catalán, apostando por la inmersión lingüística total en catalán, a pesar de la sentencia de los tribunales al respecto.
Pero la obsesión de los secesionistas por controlar el idioma utilizado por los pequeños en las escuelas ha llegado a límites insospechados; así pues, tal y como ha podido saber Okdiario, la Generalitat ha creado "aulas de acogida" dentro de los colegios, a las que son destinadas aquellos alumonos que no sepan hablar catalán, dándoles una educación distinta, y en la que el aprendizaje del catalán es prioritario.
No son solo niños extranjeros los que son destinados a estas "aulas apartheid": y es que los colegios catalanes segregan a todos aquellos que no hablen catalán, identificados previamente en las aulas, independientemente de su conocimiento del castellano, incluyendo en estas aulas a estudiantes de otras partes de España.
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En estas aulas, tal y como han denunciado plataformas constitucionalistas como Asamblea por una Escuela Bilingüe, Sociedad Civil Catalana, o S'ha Acabat, a los niños se les instruye en la idea de que "Cataluña es un país con una gran personalidad que se diferencia claramente de sus vecinos de dentro y fuera de la Península Ibérica".
"El catalán es un rasgo fundamental de la identidad catalana y ha sido clave para la cohesión social. Por eso es importante que todas las personas recién llegdas aprendan catalán" sostiene el texto dado a los más pequeños.
Años de aleccionamiento independentista
Aulas de segregación por la lengua utilizada para expresarse que cuentan con el visto bueno de los profesores de las escuelas públicas catalanas, quienes son cómplices de los proyectos fascistas de la Generalitat, rellenando formularios en los que se refleja el aprendizaje de cada alumno, así como que se señalan si sus amistades son 'pro-independentistas' o no.
Así pues, los docentes informan sobre si el pequeño "se muestra agresivo" o si, por lo contrario, está "bien adaptado" y "se esfuerza bien a las tareas", asegurando que estos 'exámenes' del comportamiento del alumno están enfocados a asegurar "un proceso de socialización exitoso". Eso sí, solo entre catalanoparlantes.
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Un aleccionamiento que puede durar años, ya que son los propios centros educativos los que determinan cuanto tiempo debe pasar un alumno en estas aulas "de acogida", dependiendo del control que el alumno tenga de la lengua catalana.
Un aprendizaje forzoso de la lengua autonómica que, además, hace que estos alumnos segregados pierdan clases ordinarias de otras materias mientras se les alecciona tanto en la lengua catalana como en la ideología independentista, buscando así el movimiento nacionalista nuevos 'peones' para su causa desde bien pequeños.
