La forense deja en pañales a los padres de Nadia

La Fiscalía pide seis años de cárcel para los padres por la estafa en torno a la enfermedad de su hija

03 de Octubre de 2018
La forense deja en pañales a los padres de Nadia
La forense deja en pañales a los padres de Nadia

Los padres de Nadia NereaFernando Blanco y Margarita Garau, se enfrentan a una pena de seis años de cárcel por mentir sobre la enfermedad de su hija, habiendo recaudado fondos que han ido destinados a gastos familiares. Pese a que Margarita se ha desvinculado del caso y Fernando ya está en prisión preventiva, la Fiscalía ha pedido la misma pena para ambos.

Una forense del Instituto de Medicina Legal de Lleida ha asegurado que la enfermedad que parece la pequeña, llamada tricotiosdistrofia, no pone en riesgo la vida del menor, como así vendieron los padres a la hora de pedir ayuda.  Pese a no tener cura, la experta ha asegurado que no hay estudios certificados sobre la esperanza de vida de los pacientes con tal enfermedad. 

Más de un millón de euros para gastos particulares

Con la excusa de viajar a Houston para avanzar en la cura, los Mossos certificaron que ni el padre ni la pequeña tenían pasaporte para realizar dicho viaje. Llegaron a recaudar 1,2 millones de euros, cubiertos en gastos particulares de la familia. 

La forense también ha desmontado a Blanco en su argumento de que se podían sacar genes a través de la nuca, algo que ha descartado y ha puntulizado que los tratamientos de modificación genética son experimentales y no se aplicaría nunca a una niña de cinco años. 

Tampoco existe informe alguno de ningún hospital de Houston, además la facultativa del Instituto de Medicina Legal ha declarado que aparte de dos ingresos hospitalarios para el diagnóstico de la enfermedad y para el tratamiento, no existen más pernoctas en centros, solo visitas a urgencias y al ambulatorio  por algunas infecciones, como una neumonía o otitis.

Nadia padece: alternaciones cutáneas, problemas oftalmológicos, hiperactividad, inteligencia límite y trastornos de desarrollo desde prácticamente su nacimiento en 2005. Por ello necesita tratamiento contínuo. 

Otro de los casos llamativos que cuenta un pediatra es que un vecino quiso poner una hucha en el hospital para recaudar fondos para Nadia y que no se le dejó porque antes querían ver un documentos médico que confirmara que la niña padecía esta enfermedad, aunque esos informes no llegaron nunca.

La niña vive actualmente con una tía materna en Binissalem (Islas Baleares), municipio al que se trasladó en diciembre de 2016 cuando el juzgado dictó prisión provisional para su padre y libertad con cargos para su madre, quien perdió su custodia y puede verla solo los fines de semana.