La décimo octava edición de Gran Hermano anónimos no tuvo apenas éxito y siempre se recordará por lo que ocurrió entre Carlota Prado y el que por entonces era su pareja José María López.
Para la joven una noche de fiesta en la casa marcó un antes y un después en su vida y su infierno todavía no ha terminado.
El temor de Carlota
El presunto abuso sexual que sufrió Carlota dentro de la casa ha supuesto un duro revés en su vida con el que sigue luchando a día de hoy.
Uno de los peores momentos a los que se ha tenido que enfrentar la joven ha sido al visionado de las imágenes en el confesionario. Lo hizo sola y sin ningún tipo de ayuda psicológica. Una total impruedencia por parte la organización del reality.
"¿Súper qué pasa?", empieza preguntando la joven. Se pone frente a la pantalla y comienza el visionado. Atónita no puede creer lo que ve y rompe a llorar además de pedir que paren las imágenes. "Por favor, para Súper, por favor", dice desesperada.
"Yo no quiero hablar con la psicóloga, quiero hablar con mis amigos de ahí fuera. Y necesito que me asegures que lo que voy a hablar no va a salir. Porque evidentemente voy a hablar de eso" dice Carlota a lo que el Súper le dice: "Carlota, este tema, por José María y por ti, por el bien de ambos, no debe salir de aquí".
Ahora las imágenes de ese momento se han filtrado y Carlota teme que el momento del presunto abuso sexual se filtre y corra por internet como la pólvora.
Por su parte, la jueza lo tiene claro y además de que el vídeo prueba lo ocurrido también tiene en cuenta que José María incurrió en contradicciones durante la vista. "José María se encontraba en un estado de consciencia cuando ocurrieron los hechos", dice.
Carlota sigue intentando encauzar su vida pese a que sigue con asistencia psicológica y psiquiátrica y sigue sin poder trabajar. (Para ver el vídeo completo, haz clic aquí)