La esclavitud existe en un pueblo de Valladolid

Las víctimas eran ciudadanos extranjeros irregulares, sin domicilio ni estudios, sin personas de confianza en España que pudieran interesarse por su situación y con cargas familiares en sus países de origen

La esclavitud existe en un pueblo de Valladolid
La esclavitud existe en un pueblo de Valladolid

Ha sido una acción conjunta de la Policía Nacional y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social que ha concluido con la detención de un matrimonio de 61 años que explotaba a sus trabajadores en régimen de semiesclavitud.

La operación 'LAMB' ha sido realizada por la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras, que ha localizado en un pequeño pueblo de Valladolid, fronterizo con Zamora, a este matrimonio sin antecedentes policiales al que se acusa de un presunto delito contra los derechos de los trabajadores y otro de amenazas contra  tres ciudadanos extranjeros que trabajaban en una explotación ganadera de lunes a domingo "en condiciones abusivas que rozaban la esclavitud".

Dormían en camas llenas de pulgas

La Policía Nacional detectó a tres trabajadores "en situación administrativa irregular", con el agravante de que vivían en una casa "insalubre, sin agua caliente ni calefacción, conviviendo con insectos y durmiendo en camas llenas de pulgas".

Además, las víctimas realizaban jornadas "maratonianas" de más de 18 horas diarias, de lunes a domingo, sin derecho a descansos ni vacaciones por un salario de unos 600 euros al mes.

El marido es el titular de la explotación ganadera y la esposa era la que controlaba diariamente a los trabajadores, impartiéndoles órdenes y abonando los salarios.

En el pasado ya habían sido sancionados en tres ocasiones por la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social por contratar a personal extranjero sin autorización para trabajar en España y sin ser dados de alta en la Seguridad Social.

Ese era el modus operandi de la pareja: "contratación" de trabajadores irregulares y las condiciones de explotación infrahumanas a las que eran sometidos los trabajadores.

Las víctimas eran ciudadanos extranjeros irregulares, sin domicilio ni estudios, sin personas de confianza en España que pudieran interesarse por su situación y con cargas familiares en sus países de origen.

Su precaria situación le obligaba a aceptar cualquier oferta laboral que les ofrecieran, pese a poner en riesgo su propia salud física y mental.