Rocío Carrasco se la está jugando con la segunda docuserie que próximamente va a emitir Telecinco, y en la que la hija de Rocío Jurado aireará los trapos sucios de su familia materna. Desde hace semanas, se está postergando el estreno de este programa por los líos judiciales, y los peores pronósticos se han confirmado para Rociíto y La Fábrica de la Tele. Se avecina guerra.
Si Carlota Corredera y compañía, del mismo modo que Rocío Carrasco, pensaban que iban a poder irse de rositas con la emisión del segundo documental, estaban equivocados. La emisión de la segunda parte le puede estallar en la cara a Rociíto, y eso ha derivado en un cambio de guion notable que hará de esta docuserie un espacio prescindible para la audiencia.
La Fábrica de la Tele intentará quedarse en el límite para no tener que volver a los juzgados, como sucedió con sus afrentas a Antonio David. Pero se avecinan fuertes complicaciones para la productora de Sálvame y para la propia Rocío Carrasco, a la que todo este asunto le puede salpicar de forma muy directa. Hay quien dice que, en función de lo que cuente, pueden salir también sus trapos sucios a la luz.
Como es evidente, los responsables de la docuserie ya le han dicho a Rocío Carrasco que no se preocupe y que deje todo de su cuenta. Sin embargo, hay ciertas cosas que no le gustaría que salieran a la luz y que teme que su familia pueda contar, amén de las represalias judiciales y de algunas mentiras que, por venganza, puedan lanzar algunos miembros de su familia materna.
Los peores pronósticos se confirman
Aunque dice que no tiene miedo de nada, Rocío Carrasco en realidad tiene pánico por lo que pueda generar esta segunda docuserie y por eso no quiere sobrepasar ciertos límites. Intentará contar todo lo que pueda e insinuar algo más, pero obviará muchas cosas que quería contar y que se quedarán fuera de la docuserie por temas legales.
Una vez más, la familia Mohedano salta por los aires por asuntos que poco o nada tienen que ver con el legado artístico que dejó Rocío Jurado. La más grande seguirá siendo un mito de la música, mientras que todos sus herederos serán solo un mito de la telebasura por participar de un circo que resulta absolutamente penoso por más que nos dé de qué hablar.
Lavar los trapos sucios de la familia delante de todo el público es algo que solo hacen personas ávidas de dinero y relevancia. Y no lo decimos solo por Rocío Carrasco. Son pocos los que se libran dentro de una familia que solo permaneció unida en vida de Rocío Jurado por el interés, y que por el interés se deshizo en mil pedazos tras fallecer la cantante.
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Después de todo lo ocurrido los últimos meses, La Fábrica de la Tele y Rocío Carrasco no quieren bajarse del burro solo por orgullo, pero a estas alturas emitir la segunda docuserie es más un riesgo que un negocio rentable. Todo apunta a que será un fiasco para evitar demandas y que no hará otra cosa que ahondar todavía más en las diferencias familiares en lugar de solucionarlas.