El 23 de enero de 2014, Sandro Rosell anunciaba su dimisión como presidente del FC Barcelona envuelto en la polémica de sus turbios negocios en Brasil.
El caso Neymar y la admisión a trámite por parte del juez Pablo Ruz (Audiencia Nacional) de la querella en su contra por presunta apropiación indebida acabaron con la trayectoria de Rosell como presidente del Barça.
Discurso victimista y adiós
"Esta Junta Directiva es un equipo. Y este equipo lidera un proyecto que ya ha dado grandes frutos. No quiero que ataques injustos afecten negativamente la gestión y la imagen del club. Y es por eso que pienso que mi etapa ha terminado aquí. Y ahora, acogiéndome a los Estatutos del club, he presentado a la Junta Directiva mi dimisión como presidente del FC Barcelona con carácter irrevocable", comunicaba Sandro Rosell tirando del victimismo que tanto gusta en Can Barça.
"En los últimos días, además, una injusta y temeraria acusación de apropiación indebida ha desembocado en una querella contra mí en la Audiencia Nacional. Desde el primer momento he dicho que el fichaje de Neymar Junior es correcto y que la contratación ha provocado la desesperación y la envidia de algunos de nuestros adversarios. El derecho de los socios a ser informados debe ser compatible con la defensa del club y la confidencialidad de algunas materias y hechos. Esta confidencialidad es esencial en el mundo del fútbol porque en caso contrario puede conllevar unos perjuicios para el propio club", añadió Rosell.
La dimisión de Rosell dejaba el club en manos del entonces vicepresidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, que a lo largo de su trayectoria como presidente se esforzaría sobremanera por ser el peor presidente culé de la historia. Y lo consiguió.