La denuncia de la escolta de Irene Montero a la de la formación morada ha creado un gran malestar entre afiliados e integrantes del partido.
No en vano, es un caso de 'abuso laboral', tan criticado por la cúpula podemita; además, este caso también ha provocado que salieran a la luz los supuestos 'sobresueldos' y las malas prácticas que han denunciado los ahora ex abogados de Podemos.
SIn embargo, esta cuestión no acabará con los puestos de Irene Montero y Pablo Iglesias.
Blindados por los estatutos
Los Estatutos podemitas contemplan la posibilidad de que la Asamblea Ciudadana (aquellos inscritos al partido) puedan impulsar una consulta revocatoria contra los líderes de la formación.
Sin embargo, poco después de esta afirmación, en el documento se determina que "ninguna persona podrá ser sometida a una segunda consulta revocatoria durante el periodo en el que ejerza su responsabilidad".
Es decir, los cargos de poder de podemos no pueden ser sometidos a dos referéndums revocatorios. (Un portavoz de Compromís llama "trapo" a la bandera española: "No me pone cachondo")
Esto blinda a Irene Montero y a Pablo Iglesias ante el 'escoltagate', ya que ambos fueron sondeados por las bases con la compra de su chalet en Galapagar.