España ha conocido en los últimos días la historia de un hombre que no puede tener más mala suerte. Toño Piñeiro es un constructor valenciano que compró hace varios años una casa en Sober, un pueblo de Lugo. Al emprender las reformas para su restauración, se ha encontrado con cuatro millones de pesetas guardadas en las paredes.
Aunque pueda parecer una buena noticia, en realidad es una situación más que compleja para Toño Piñeiro. Estos cuatro millones de pesetas equivalen a, aproximadamente, 20.000 euros. Sin embargo, no puede cambiarlos: el plazo para cambiar las pesetas por euros acabó el año pasado. Ahora, Toño tiene cuatro millones de pesetas que no tienen ninguna validez, solo apreciación histórica y de coleccionistas.
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Toño Piñeiro se puso en contacto con el Banco de España con el objetivo de completar esta transacción, pero obtuvo la conocida negativa: "Los llamé, porque es mucho dinero, pero me dijeron que ya no se puede". Este es el motivo principal por el que Toño Piñeiro ha perdido la oportunidad de tener 24.000 euros de más en su cuenta.
Los billetes de 5.000 pesetas encontrados por Piñeiro datan de 1979, cuando la Constitución daba sus primeros pasos después de su aprobación. La antigüedad de los billetes también preocupa a Toño: "No sé si tendrán mucha salida de cara a los coleccionistas, porque no son billetes demasiado antiguos". Estos billetes estaban encerrados en tarros de cacao en polvo de la marca Nesquik, abandonados allí después de que la casa quedara en ruinas.
Aun así, Toño Piñeiro no se sorprende: este no es el único hallazgo que ha experimentado en su reforma y restauración de esta casa de Lugo. En otra ocasión se encontró con lo mismo: tarros de cacao en polvo de la misma marca. Piñeiro sabía lo que podría haber dentro cuando se encontró estos últimos tarros. Aunque aquella vez el premio fue mayor: a pesar de que también estaban en pesetas, el constructor valenciano llegó a encontrar hasta 54.000 euros.
Este hallazgo fue mejor para Toño, puesto que pudo cambiar las pesetas por euros e incluso vendió los billetes más antiguos, fechados en la década de los años 50, a diferentes coleccionistas. Encontrar estas cantidades de dinero es "una alegría que no hay dinero que la pague", pero el constructor valenciano tiene su propia teoría respecto al lugar donde estaban los billetes: "Supongo que los guardaban en estos recipientes para evitar las humedades. Es cierto que los últimos estaban algo estropeados, pero estos no, estaban planchados, era increíble".
Todavía no hay ninguna explicación para la suerte que ha tenido Toño de encontrarse, hasta en dos ocasiones, cantidades considerables de dinero de las antiguas pesetas. El constructor tampoco se ha pronunciado sobre el origen de la vivienda, que actualmente está en ruinas y que intenta restaurar como proyecto personal.
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Aunque han pasado más de veinte años desde la llegada oficial del euro a nuestro país, las pesetas todavía forman parte del imaginario colectivo de muchos españoles. Esta afición por las pesetas llega más lejos de su extinta validez: algunas de estas monedas, especialmente aquellas pertenecientes al siglo XIX, pueden llegar a valer hasta más de 20.000 euros para los coleccionistas y casas de empeños especializados.