Mientras Pere Aragonès, el presidente en funciones de la Generalitat y candidato de ERC para ostentar el cargo, aparece con seis días de retraso para condenar y rechazar la violencia que se está viviendo en las calles catalanas, Gabriel Rufián la instiga desde Madrid. Rufián ejerce de pirómano generando incendios y Aragonès de bombero apagándolos. Son el poli malo y el poli bueno de ERC.
Esta misma mañana el portavoz parlamentario de Esquerra Republicana (ERC), Gabriel Rufián, ha advertido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del riesgo de culpar a los jóvenes de los disturbios de los últimos días por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél porque, a su juicio, eso sólo provocará "más desafección y más abstención" pero también más votos para "la ultradrecha" en referencia a Vox.
"Cuando la política fracasa, se ocupa la calle"
Durante su intervención en el Pleno del Congreso, Rufián ha defendido que las protestas en las calles no responden únicamente a lo ocurrido con Hasél sino que es la respuesta de toda una generación que sólo ha conocido "crisis, precariedad y exclusión".
La pancarta más siniestra de las protestas: "Nos habéis enseñado que ser pacíficos es inútil"
"Ésa es la causa, y cuando la política fracasa, se ocupa la calle. Y es que la quema de un contenedor no es más que la culminación de quemas más severas", ha llegado a decir el independentista catalán, alertando de que los contenedores pueden reponerse pero la esperanza, no.
"La juventud está "desesperada"
Y hoy, según ha destacado, España cuenta con toda una generación "desesperada", una generación que no sólo se siente "olvidada" sino "humillada" y "señalada" y a la que se le acusa de vivir "anestesiada" frente a las pantallas sin analizar que quizá las condiciones de su entorno son la causa de ello.
"Si culpabilizar a los jóvenes de los contagios fue una salvajada, responsabilizarles de la violencia en las calles es un suicidio político, sobre todo para ustedes", ha avisado a la bancada azul para añadir que si siguen en ese camino estarán regalando a la juventud "a la desafección, a la abstención y a la ultraderecha, por este orden".
Durante su alocución, Rufián también ha avisado de la "desconfianza" que el "Jumanji" de la gestión de la pandemia del Covid ha provocado y que, según augura, prevalecerá tras el Covid, la desconfianza de la ciudadanía hacia sus políticos, de los políticos hacia la gente y de los políticos entre sí.
Pero también del riesgo de que el "golpismo" lo tenga ahora "mucho más fácil" que hace 40 años, en alusión a que Vox siga entrando "a paladas" en los parlamentos autonómicos. "Ya no hace falta enviar a un fanático con un tricornio al Congreso; hoy los golpes de Estado no son con militares sino con editoriales y digitales", ha enfatizado.
Pere Aragonès se muestra crítico con los violentos
Y mientras Rufián ofrece la versión más comprensiva a la violencia indiscriminada desatada en las calles catalanas, Pere Aragonès mantiene que los derechos y libertades no contemplan los altercados ni el saqueo de los comercios que se han producido en las últimas horas. Y tampoco el enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
La respuesta de Aragonès frente a la violencia llega demasiado tarde
Aragonès se ha mostrado crítico con los que están convirtiendo Barcelona en una ciudad sin ley y Cataluña en una región inhabitable mientras Rufián les jalea y les da la razón. Son los contrasentidos de un separatismo sin pies ni cabeza.