Volar al aeropuerto de Girona-Costa Brava se supuso unos ingresos de 62,5 millones de euros. Durante los años 2004 y 2016 la Generalitat estuvo subvencionando a la compañía aérea para que operase en dicho aeropuerto.
Aunque la cifra no es exacta, se sabe que Ryanair se embolsó 3,5 millones en virtud de un convenio de colaboración en 2004 para empezar a volar. Entre 2009 y 2011 otros 13,9 ‘kilos’ provenientes de la Generalitat, la Diputación y la Cámara de Comercio con el pretexto de la promoción turística.
Y sólo tenía 5 aviones en Girona
Y el pago gordo llegaría entre los años 1012 y 2016. 45 millones en arreglo al fondo de conectividad aprobado por el ejecutivo catalán. Además, se beneficio de las obras del aeropuerto valoradas en 142 millones de euros (aumento del tráfico aéreo).
Ahora Ryanair se quiere ir de Girona después de cerrar las bases en Gran Canarias y Tenerife Sur. Las cinco aeronaves que hay en Girona podrían desaparecer antes de finales de año.
Devastadoras consecuencias
La compañía justifica la retirada de las aeronaves por el retraso en su orden de compra de 135 Boeing 737 MAX, un modelo de avión que le ha sido prohibido volar después de los dos accidentes mortales de Ethiopian Airlines y Lion Air. Son ocho los meses de retraso.
Si finalmente la aerolínea abandona el aeropuerto (puesto 17 en el ranking de más tráfico aéreo español), se perderían más de 130 puestos de trabajo entre tripulantes de cabina y pilotos. De igual manera afectaría al aeropuerto, que perdería el 72% del tráfico aéreo.