Una de las principales 'excusas' con las que el nacionalismo catalán defiende su constante desafío al Estado español, es asegurando que Cataluña es un pueblo que, históricamente, siempre se ha diferenciado de España, habiendo sido el Estado español quien, a través de la violencia, ha 'oprimido' durante siglos la nacionalidad catalana.
Una afirmación ante la que los independentistas no dudan en modificar la Historia del mundo para adecuarla a su discurso de nación independiente, aprovechándose de los grandes nombres de la Historia de la Humanidad para engrandecer sus ideales secesionistas.
Así pues, tanto desde el Institut Nova Historia, una fundación de pseudohistoria, como desde otras entidades independentistas, el movimiento nacionalista catalán asegura tener fundamentos históricos suficientes para afirmar que personajes históricos de la talla de Cristobal Colón, Miguel de Cervantes, William Shakespeare o Nicolás Copérnico eran, en realidad, de origen catalán.
En el caso del descubridor de América, a pesar incluso de que decenas de universidades de todo el mundo han declarado como 'desconocido' el origen de Colón, desde la institución independentista se mantiene la versión de que, en realidad, el navegante se llamaba Cristòfor Colom, habiendo nacido en algún lugar remoto de Cataluña.
El independentismo se apropia de Valencia
Pretensiones históricas del independentismo catalán que ahora extrapolan a la Comunidad Valenciana, considerándola una extensión más de Cataluña a través de la idea secesionista de los países catalanes.
Así pues, desde la prensa independentista, aseguran que el popular refresco 'Coca-Cola' es, en realidad, un producto valenciano, que fue explotado posteriormente por el fabricante norteamericano.
Se apropian así desde el independentismo catalán de la 'leyenda' del Jarabe Superior de Kola-Torta: una bebida, hecha con extracto de nuez de cola, que se hizo popular a finales del siglo XIX en las destilerías de Aielo, Valencia. Una bebida que, según aseguran los independentistas, fue presentada en 1885 en Filadelfia, y un año más tarde, fue lanzado al mercado el mítico refresco de lata roja.
Eso sí, a pesar de sus afirmaciones rotundas, los pseudohistoriadores nacionalistas no cuentan con prueba alguna de sus palabras: "Durante la Guerra Civil, el comité de guerra toma la botellería y reutiliza todos los papeles que encuentra para hacer pasta de papel para imprimir folletos. Por tanto, no se sabe si había ningún tipo de documentación que pudiera acreditar el intercambio de ideas entre uno de los propietarios y el conocido como inventor de la Coca-Cola".