Desde su nacimiento, Unidas Podemos ha apostado por un discurso de ruptura con la tradición política española, cargando contra todo lo 'establecido', y prometiendo a sus electores un cambio radical y profundo en España, de hacerse los morados con el poder.
Un discurso que han mantenido a su llegada al Gobierno, a pesar de su pacto con los socialistas, llegando a defender ante los medios de comunicación la necesidad de establecer en España un sistema republicano, o asegurar que en el país aún no existe una democracia plena.
Palabras a las que se unía la actual ministra de Igualdad, Irene Montero, que cargaba contra la sociedad española en su conjunto por su 'machismo' en pleno siglo XXI, así como por su homofobia, criticando duramente la situación de rechazo que tienen que atravesar muchos jóvenes LGTBI.
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"Claro que en los barrios obreros hay personas LGTBI" apuntaba la podemita en su cuenta de Twitter "Les pasa que no les alquilan un piso por ser lesbianas. Que les dan una paliza por ser trans, que se burlan de ellos en el cole o en su curro. ¿Aún hay quien piensa que los derechos LGTBI son "simbólicos" y no materiales?"
Montero retrocede y siente "orgullo" nacional
Sin embargo, parece que los últimos acontecimientos internacionales han hecho cambiar la perspectiva de la ministra de Igualdad; en concreto, la llegada de los talibanes al Gobierno de Afganistán, y la crisis social e internacional que ha provocado este alzamiento.
Y es que, desde que los talibanes se hicieron con el poder en Kabul, los derechos de las mujeres se han visto especialmente mermados en el país, siendo prohibida la publicidad con mujeres, instándose a las mujeres a dejar sus trabajos, o la propuesta de que niños y niñas estudien por separado.
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Algo que ha hecho que Irene Montero cambie casi por completo su opinión sobre España, pasando de considerarla una sociedad patriarcal y homofóbica, a sentir "orgullo" nacional.
Así lo ha demostrado en su cuenta oficial de Twitter, donde ha asegurado sentir "orgullo de país" tras conocerse que el 91% de los ciudadanos españoles apoyaría a un familiar que se declarase lesbiana, gay o bisexual, siendo el país más comprensivo del estudio.