Tengas la edad que tengas, es imposible que una persona no haya oído hablar de Kiko Matamoros, hace ya más de sesenta y seis años que nos acompaña y lleva en televisión desde hace más de cuarenta.
Es un animal televisivo, muy diferente en la pequeña pantalla que en la vida real.
Se define a sí mismo como alguien tímido, al cual no le gusta que le miren a los ojos, aunque no le asusta la fama. Es lector empedernido y fumador desde la juventud.
Fue socorrista y vendió enciclopedias
Quizá el tema de la timidez sorprende muchísimo al ser uno de los colaboradores más veteranos de la televisión y haber continuado en la antena reciclándose con los años, pero no es lo único destacable de Kiko Matamoros.
No siempre se dedicó a la televisión, en sus inicios trabajó de socorrista y también fue vendedor de enciclopedias.
Nos cuenta que las enciclopedias en los años 70 eran más instrumentos ornamentales que otra cosa, convenciendo a las madres de que era una herramienta fundamental que iba a transformar a sus hijos.
Admite que fue una forma de estafar a la gente, pero que no se arrepiente de cómo se ganó la vida. También fue socorrista, pero admite que los primeros auxilios casi se los tenía que practicar a él mismo.