Kiko Matamoros narró este lunes en Sálvame una anécdota muy llamativa sobre Isabel Pantoja y la relación que mantuvo en el pasado con Encarna Sánchez.
La tonadillera y la periodista fueron muy amigas, tanto que siempre se ha hablado de que su relación era de más que amigas. Y el colaborador del programa de Telecinco no dudó en contar una anécdota desvelada por el representante de Isabel Pantoja en aquella época, Tony Caravaca. Al parecer, la madre de la cantante se las encontró en plena 'faena'.
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Contaba hace unos días en Socialité el primer novio de la Pantoja que su madre siempre estaba encima de ella, pero desde hace años esa persecución ha terminado. Y fue debido a Encarna Sánchez y a la manera en que se las encontró.
"La madre de Isabel Pantoja desaparece a partir de Encarna. Tiene que llegar una persona con la fuerza que tenía Encarna Sánchez para decir que esta señora fuera. A Encarna le resultaba incómoda, y entonces sucede lo que os voy a contar. Hotel Torrequebrada, en Málaga, de repente doña Ana entra de forma improvisada y sin avisar en la habitación de Isabel Pantoja y hete aquí que encuentra a Isabel Pantoja con Encarna en esa habitación, voy a obviar en qué situación", contó Kiko Matamoros.
La madre de Isabel Pantoja dejó de acompañar a su hija
Según el colaborador, la situación impresionó mucho a la madre de la cantante: "Doña Ana sale despavorida por los pasillos. Esto me lo cuenta el que era representante de Isabel Pantoja, y estaba allí en ese momento. Y va a buscar precisamente al representante, que era Tony Caravaca. Y le dice: 'Tony, qué horror'. En fin, no sigo", zanjó.
Desde ese día, Doña Ana deja de acompañar a Isabel Pantoja: "A partir de ese día es ella quien su propia voluntad la que decide dejar de acompañar a su hija a todos los sitios", afirma.
A buen entendedor, pocas palabras bastan. Kiko Matamoros no tuvo reparos en contar esta historia, sabedor de que la Pantoja no puede hacer nada contra él.
Las palabras de Matamoros no fueron ni una ofensa ni una intromisión en el derecho al honor o a la intimidad de la tonadillera, por lo que son totalmente lícitas. Un hecho que, no obstante, no le resta impacto a la historia...