Kiko Matamoros, al desnudo: las drogas, los indultos y Rocío Carrasco

Kiko Matamoros ha concedido una extensa entrevista a Vozpópuli en la que ha hablado sobre la actualidad política y social sin pelos en la lengua

Kiko Matamoros, al desnudo: las drogas, los indultos y Rocío Carrasco
Kiko Matamoros, al desnudo: las drogas, los indultos y Rocío Carrasco

Kiko Matamoros ha hablado sin tapujos con Vozpópuli sobre política, sobre Rocío Carrasco y sobre su adicción a las drogas. El colaborador de Sálvame no ha rehuído ningún tema en una entrevista publicada este domingo en la que explica, entre otras cosas, que no está de acuerdo con los indultos a los golpistas catalanes y que el actual PSOE, pese a que se reconoce socialista, no le representa.

"Me defino como republicano y también como socialista, pero no me vale el PSOE de hoy. No me identifico con este Gobierno ni con su gestión ni de lejos", alega Matamoros, que cree que el Gobierno se ha acercado a los nacionalismos periféricos, los de Cataluña y País Vasco, "para mantenerse en el poder". En ese sentido, se muestra muy en contra de los indultos: "Es un insulto y, claro, estoy en contra, como no puede ser de otra manera", afirma.

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Tampoco le gusta la manera de proceder de Irene Montero, algo que ha ejemplificado con el tema de Rocío Carrasco: "La propia ministra de Igualdad publicó un tuit en el que llamó maltratador a Antonio David, pese a no estar considerado así por la justicia. Con dos cojones ella, ¿eh? Lo peor es que luego se defendió diciendo que puso el tuit antes de informarse sobre el caso. Una ministra, ¿eh?", cuenta.

Respecto a Rocío Carrasco, afirma que él no se ha posicionado ni a favor ni en contra de ninguna de las partes: "Tampoco he dicho nada del otro mundo, pero como era amigo de Antonio David Flores, rápidamente todo el mundo se interesó por mi posición. A ver, es un tema que, objetivamente, no tengo resuelto. A mí no me vale el maniqueísmo que lleva a pensar que unos son buenos y otros malos. Todos tenemos nuestros grises y nuestras sombras; y hay cosas en las que pienso que esta mujer no ha actuado bien; y su pareja, tampoco en otras. Pero aquí lo que se está pasando por alto es que las víctimas de esta historia son los hijos", señala.

En ese sentido, se refiere al victimismo como una táctica que funciona muy bien en nuestra sociedad: "En general suelen funcionar muy bien el victimismo y el sentimentalismo; y en el momento en que alguien dice ser víctima se despierta el interés de la gente. También despierta su lado irracional y, entonces, se posicionan sobre los asuntos del día a día como los hinchas de un equipo de fútbol. Con la misma visceralidad", apunta.

Adicción a las drogas

Sobre su adicción a las drogas, afirma que a día de hoy no le importa que la gente sepa que consume cocaína: "Hubo un momento en el que, por mis hijos, intenté ocultar esa información. Pero ahora son mayores y creo que ya están en condiciones de asumir eso y de aceptarlo. Eso era lo único que me producía cierto pudor. Por lo demás, me importa tres cojones que la gente sepa de mi adicción a la cocaína. No soy el único: hay gente de todos los estamentos que la consume a diario, desde la política hasta en el mundo de la moda. Si todo el mundo fuera sincero, se le daría más normalidad a este problema, pero bueno, entiendo que cada cual gestiona su intimidad como mejor considera", explica.

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Las drogas, según dice, no son lo peor que hay en el mundo: "Supongo que me han quitado una parte de mi salud, aunque la verdad es que tengo 64 años y me encuentro de puta madre. Pero bueno, supongo que todo esto lo acabaré pagando, al igual que salir a la calle con un ambiente contaminado. En fin, creo que hay cosas más nocivas con las que nos hemos acostumbrado a vivir", justifica.

Para terminar, explica las cosas 'positivas' que, en su opinión, le ha dado la cocaína: "Si te engancha es por algo. Es porque alcanzas un estado en el que supuestamente tienes más euforia y desinhibición. También despierta los sentidos, aumenta tu agudeza... Yo me he leído libros enteros por la noche y no lo podría haber hecho sin cocaína porque me hubiese quedado dormido en la página 72. Hay veces que no paraba de meterme para acabar determinados libros. Entiendo que consumir esto o beberte cuatro copas es un derecho que tiene la gente, aunque no se le reconozca", concluye.