Pere Aragonès está desesperado al comprobar cómo la unidad independentista salta por los aires y tampoco puede ser investido como presidente en la segunda vuelta. Su negativa a que el presidente de la Generalitat se convierta en una marioneta de Puigdemont frena el apoyo de JxCat.
Pere Aragonès no está dispuesto a renunciar a la soberanía que le ofrece el cargo de presidente de la Generalitat catalana en favor de una tutela de ordeno y mando hacia Carles Puigdemont para que gobierne Cataluña desde Waterloo. Aragonès reconoce al Consell de la República, el chiringuito montado por Puigdemont, pero no su tutela. Y mientras tanto, Vox zurra a ERC y JxCat por trasladar al Parlament y a la población las disputas entre los fugados de Waterloo y los encarcelados de Lledoners.
Aragonès planta al Rey: No sabe ser presidente regional y aspira a convertirse en jefe de estado
En su discurso de hoy en el Parlament Aragonès ha apostado por poner en valor el liderazgo de las instituciones de Cataluña, como el Parlament, el Govern y su presidente, que tienen "una responsabilidad indelegable e insustituible", en clara referencia al interés que tiene Puigdemont a influir en la política catalana desde Waterloo.
Aragonès lo ha dejado claro, se propone como presidente de la Generalitat "sin sustituciones ni tutelas". Y eso es lo que no ha gustado en JxCat, acostumbrados a gobernar con Torra de acuerdo a los caprichos de Puigdemont.
"Quiero ser claro y honesto también en este sentido. Aprovechemos todos los activos: las entidades movilizadas, la pluralidad política del independentismo, la participación y la reivindicación política de los presos y la del exilio, y también, claro, la organizada alrededor del CxRep", ha dicho Aragonès ofreciendo validez al Consell de Puigdemont, pero no poder de decisión para gobernar.
¿El Estado accede a negociar con la Generalitat un referéndum por la autodeterminación?
Aragonès ha lamentado la situación de bloqueo que se vive en el Parlament en un momento clave para Cataluña y con la amenaza de la repetición de las elecciones: "Sería un error que el independentismo no aprovechara esta fuerza para reivindicarse ante un Estado que nunca hasta ahora había accedido a negociar con la Generalitat un referéndum de autodeterminación. Sería un error no aprovecharlo para conseguir la amnistía". Ha sorprendido la referencia a que el Estado haya accedido ya a negociar el referéndum, algo que es mucho presuponer.
Los orígenes de Pere Aragonés, el candidato de ERC: nieto de un alcalde franquista y millonario
También ha matizado los objetivos de la Mesa de Negociación: que el conjunto de presos y "exiliados" sean libres, y que los catalanes puedan votar en paz si quieren ser independientes y que se aplique el resultado del referéndum.
Aragonès ha resumido el fracaso del Procès recordando que las fortalezas del independentismo que hicieron posible el 1-O pasaron por asociar la idea de independencia a la de democracia, por la unidad estratégica y por la alianza de las instituciones, sociedad civil y ciudadanía, pero también admite que no lograron movilizar a los votantes del 'no', tampoco supieron contrarrestar la "ofensiva" del Estado y no hubo un reconocimiento internacional.
Garriga (Vox) lo ve claro: "Esto es una pugna entre Lledoners y Waterloo"
Ignacio Garriga, el líder de Vox, ha entendido el significado de las disputas que se están produciendo entre las fuerzas mayoritarias independentistas en el Parlament. Y ha lamentado que ERC y Junts intenten trasladar "la pugna entre Lledoners y Waterloo" al Parlament.
Garriga ha tachado a Aragonès de ser "el títere de Junqueras, como Borràs del huido Puigdemont", y de hacer de la investidura una lucha de poder y no preocuparse por el conjunto de intereses de los catalanes.
El líder de Vox en Cataluña lo tiene claro: no existe ningún conflicto político, "existe un grupo de políticos, algunos presos, otros huidos y otros presentes, que han subvertido el orden constitucional y que utilizan las instituciones para impulsar su agenda de ruptura, el delito más grave de nuestro ordenamiento jurídico".
Y ha cuestionado el apoyo de la CUP a Aragonès porque es "un grupo violento contrario a la propiedad privada, fomenta la ocupación y cuyos cachorros destrozan Cataluña cuando pueden".
Los Comunes ven humillante el trato de JuntsxCat a ERC
Por su parte, Jéssica Albiach, portavoz de los Comunes, ve en esta segunda vuelta de la sesión de investidura de Pere Aragonès (ERC) una "humillación al cuadrado" de Junts a los republicanos, por no prestarle apoyo y hacer fracasar la votación.
Vox dice basta y le pone una denuncia a Aragonès por "alentar la violencia"
Albiach dice que ERC ya no sabe qué hacer para convencer a JxCat de que ellos tuvieron más votos en las últimas elecciones.
Ha acusado a JxCat de querer marcar la estrategia de ERC en Madrid, y ha descubierto que ambos partidos tienen "una mochila a reventar de reproches y desconfianzas", por lo que su entendimiento es complicado. Albiach ha reconocido estar avergonzada por lo que ha pasado tras las elecciones. Y ha vuelto a ofrecer a su partido para un Govern de izquierdas si ERC rompe con Junts.