El directivo muestra en El País su cabreo por la previsible repetición de elecciones y apunta a Pedro Sánchez y a Felipe VI: "Casi nadie se salva del reproche. A empezar por el jefe del Estado y el presidente en funciones, que no evitaron su merecido descanso y se fueron a veranear en plena crisis".
Acuerdo PSOE-Podemos
Sobre el posible pacto entre el PSOE y Unidas Podemos reflexiona: "Un acuerdo así comporta sus riesgos, pero siempre serán menores que los de recurrir a nuevas elecciones. Responde además a los valores de la democracia representativa. Un mal Gobierno, o un Gobierno difícil de gestionar, no son buena noticia, pero peor es el no Gobierno, fórmula cortés para describir el desgobierno a secas, en el que nuestro país se ve sumido desde hace meses".
Sobre 'El Coletas'
Cebrián sorprende con sus palabras sobre Iglesias: "Me distancian más cosas de Pablo Iglesias de las que puedan unirme, entre otras la querencia que su partido mantiene respecto a Maduro y su oprobioso régimen. Pero en la crisis política por la que atravesamos su actitud me ha parecido desde un principio la más coherente con la institucionalidad democrática. Y en no pocos aspectos la más sensata y constructiva de cuantas hemos visto en el proceder de los otros grandes partidos. Me refiero a la eventualidad de una coalición gubernamental que permita, como en el caso italiano, dar algún viso de estabilidad a la gobernanza del país".
Pedro Sánchez, su enemigo número uno
Los lectores de El País son conscientes de que Cebrián no traga a Sánchez. Y esta vez vuelve a linchar al presidente en funciones: "Llama la atención el empecinamiento socialista por pretender gobernar en solitario con solo 123 diputados en circunstancias tan graves como las que vivimos, con amenazas a la unidad del Estado, a la continuidad de la monarquía parlamentaria y hasta de la propia democracia".
Y concluye: "Para ser este su socio preferente, según dijo, casi aterra imaginar el trato que puede acabar dando a los que considere aliados secundarios. Empezó por considerar que era un estorbo el líder y fundador del partido que podía auparle al poder, al igual que su persona era el escollo para un acuerdo con los sedicentes liberales. Y ha acabado por escenificar un auténtico espectáculo mediático al que ha arrastrado de paso al resto del elenco, figurantes incluidos".