Josep Piqué es toda una personalidad dentro de la Política de España.
No en vano, ha sido tres veces ministro con José María Aznar, ocupando la titularidad en Exteriores, Ciencia y Tecnología, y Energía e Industria.
También ocupó la presidencia del Partido Popular de Cataluña, cosa que le hace ser una eminencia a la hora de hablar de la crisis política en Cataluña.
Los que más sufren: los catalanes
Para Piqué, esta situación de división política en Cataluña tiene una consecuencia "muy preocupante".
"Tenemos una sociedad catalana profundamente dividida, profundamente desgarrada, lo que ha acabado afectando a las relaciones familiares, a las relaciones de amistad. Para mí, este coste es el más insufrible de todos".
Sin embargo, el ex ministro considera que son los propios catalanes los que tienen y deben solucionar el conflicto."España es una realidad espléndida. Somos una de las democracias más ricas, estables y profundas que existen en todo el planeta. SIn embargo, poco puede hacer España. Lo tenemos que hacer los propios catalanes. Superar esa división, recuperar entre todos el sentido común, el sentido de la responsabilidad y procurar no volver a caer en situaciones que solo nos llevan a callejones sin salida".
"Yo no me plantearía jamás una ley de amnistía"
Preguntado por la cercana sentencia ante el juicio del procés, el exministro es muy claro: Las sentencias se acatan. Se pueden compartir, o no, pero se acatan". (Las consecuencias policiales de la inminente sentencia del 1-O)
"Creo que la sentencia debería servir, aunque tengo poca esperanza de que eso suceda, para, de alguna manera, resetear la situación" - confiesa Piqué - "Es una forma de decirle a la sociedad catalana que la vía unilateral, la desobediencia, la del golpe de Estado que, en términos políticos, es lo que sucedió, es una vía que no tiene ninguna viabilidad".
Ante la pregunta de si se podría conseguir una amnistía, elemento en la que ponen sus esperanzas ahora los independentistas, el exministro tiene una respuesta rotunda: la falta de arrepentimiento, o "aceptación de culpabilidad", es tan evidente que impide la aplicación de un indulto. Además, como recuerda el exministro, "la Constitución lo impide".
"Primero tiene que producirse un auténtico arrepentimiento, un cambio en las actitudes, una aceptación del principio de realidad. [...] Basta de decir que la independencia no va a tener costes. Basta de decir que Cataluña seguirá en la UE. Basta de decir cosas que, a todas luces, son falsas. Mientras no haya un cambio en ese tipo de actitudes, creo que ningún gobierno español se puede plantear seriamente medidas de gracia".