Josep Bou amarga a TV3 el estreno de su nueva presentadora en FAQS

El candidato del PP a la alcaldía de Barcelona le regaló a Cristina Puig una camiseta con el lema "la república no existe, idiota"

Josep Bou amarga a TV3 el estreno de su nueva presentadora en FAQS
Josep Bou amarga a TV3 el estreno de su nueva presentadora en FAQS

La sorpresa de Cristina Puig de ‘FAQS’ con la camiseta que le regaló Josep Bou, alcaldable para Barcelona del PP, fue mayúscula. La mejor frase del procés: “La Republica no existe, idiota” y mejor frase del año. ("¿Qué república ni qué cojones? La república no existe, idiota").

El candidato a la alcaldía de Barcelona por el Partido Popular, Josep Bou, sorprendió a todos los espectadores de ‘FAQS’ (Preguntes Freqüents) de TV3 al regalarle a la nueva presentadora Cristina Puig una camiseta. Cristina Puig es la sustituta de Laura Rosel, que ha sido fulminada por Andreu Buenafuente, propietario de la productora El Terrat. (En el Late Motiv de Buenafuente sacan su odio anti-Vox: "Que me coman el cipote").

El mensaje de Josep Bou en FAQS

La camiseta contenía un mensaje muy singular: “La República no existe idiota” y hace referencia al encontronazo que tuvo un Mosso d’Esquadra con un Agente Forestal, en las inmediaciones de la Llotja de Mar de Barcelona el pasado día 21 de diciembre cuando Pedro Sánchez celebraba su Consejo de Ministros.

Esta frase se ha hecho popular en Cataluña entre los catalanes no adscritos a la secta del independentismo. Nunca tan pocas palabras podían explicar tan claramente la chifladura del procés. (¡El 'indepe' Buenafuente echa a Laura Rosel del 'chiringuito golpista' FAQs de TV3! ¡¡¡A seguir chupando del procés!!!).

Lo más triste es que quieren expedientar al Mosso por haber insultado a un manifestante. ¿Qué es lo que le recriminan, lo de “la República no existe”, que por cierto es verdad, o que llamara idiota a un “lacista amarillo” que le gritaba lindezas a pocos centímetros de la cara?

La cordura en Cataluña se ha ido de vacaciones. Los ánimos están muy encendidos y ya es hora que alguien aplique la manguera de la sensatez para apagarlos.