Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, es el hombre de moda en España debido a todo lo que está ocurriendo en relación a la invasión de Rusia a Ucrania y el conflicto armado que se ha desatado por esta razón.
Borrell tiene la complicada tarea estos días de dar la cara ante la opinión pública junto a Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, para explicar las medidas y los pasos que está dando la Unión Europea en relación al conflicto armado que está teniendo lugar en Ucrania.
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"En algún momento habrá que parar esta locura. El viernes tenía una sensación de impotencia, de hacer todo lo que podemos, pero lo que podemos es poco. Teníamos que romper moldes. En muy poco tiempo hemos tomado decisiones importantes", ha contado recientemente sobre el conflicto.
El vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad tiene tablas en estar en primera línea tras más de cuatro décadas en la política. Ahora, se ha convertido en el hombre de moda en España por su papel actual respecto a la guerra de Rusia y Ucrania.
La espina clavada con sus hijos
En lo que respecta a su vida personal, Josep Borrell tiene una espina clavada con sus dos hijos, Joan y Lionel, que tuvo con su primera esposa. Actualmente, los dos varones tienen 37 y 42 años. Uno de ellos reside desde hace tiempo en Túnez mientras que el otro vive en España.
Josep Borrell no ha dudado, en declaraciones recogidas por Vanity Fair, en confesar que no hizo lo correcto cuando sus dos hijos eran más pequeños y ha desvelado que tiene una espinita clavada. Asimismo, ha contado que tanto Joan como Lionel le han reprochado en varias ocasiones su actitud con ellos durante su juventud y niñez.
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"Mis hijos crecieron sin mí y me lo han reprochado alguna vez, aunque espero que me lo hayan perdonado. Me han salido magníficos, casi mejor que si me hubiera ocupado de ellos. Siento como si me hubieran destilado y hubieran separado de mí dos de mis componentes, y una parte se hubiera concentrado en uno de ellos y la otra en el otro", ha confesado.
"Soy ingeniero, tengo mentalidad cartesiana. Mi hijo mayor estudió Ciencias Físicas y es piloto de avión, algo que a mí me hubiera gustado. Es un ciudadano ejemplar y cumple escrupulosamente las leyes, pero no tiene preocupación política. El menor hizo Ciencias Políticas y es diplomático. Trabaja en la embajada española en Túnez, habla árabe y le interesan los temas sociales", ha sentenciado.