José Antich, la Voz de su Amo: Igual sirve para La Vanguardia que para romper España

Xavier Rius, el director de E-noticies.cat recuerda a José Antich, director de El Nacional.cat, su pasado monárquico como director de La Vanguardia.

José Antich, la Voz de su Amo: Igual sirve para La Vanguardia que para romper España
José Antich, la Voz de su Amo: Igual sirve para La Vanguardia que para romper España

José Antich, el director del El Nacional.cat, forma parte de esa rara avis de periodistas que igual sirven para un barrido que para un fregado. Depende de quién pague está tan dispuesto al "¡Viva el Rey y Viva España!" como a ovacionar los golpes de estado del separatismo catalán. 

13 años como director de La Vanguardia, diario monárquico en manos de un Grande de España, no dejaron poso en él. Ahora defiende lo mismo que antes censuraba.

E-noticies deja en evidencia a Antich

E-noticies.cat, el digital que dirige Xavier Rius, le ha hecho a Antich un traje a medida recordándole sus bandazos a raíz de una intervención suya reciente en el programa de TV3 Tot es mou, en donde lo que más se mueve es el espíritu independentista que es preciso contagiar a la audiencia. 

Allí Antic dijo que la monarquía es una institución "alejada de la gente" y para probarlo echó mano de la demagogia más barata para decir que El Rey estuvo ayer en Barcelona y no modificó su agenda para interesarse por la catástrofe que asola a la Ribera d´Ebre con el devastador incendio que aún no ha podido ser sofocado. 

"Hoy en el país hablamos del fuego, de la preocupación de la gente en torno a esto, y un señor que viene de Madrid mantiene su agenda de una manera inalterable, se ha reunido con el lobby Barcelona Global, con el presidente de Fomento..., yo creo que uno de los problemas de estas instituciones tan alejadas de la gente es que cuando viajan en un lugar no responden ni están al corriente de los problemas del país".

La imagen del Rey en Cataluña

Y añadió: "Hoy, por ejemplo, el Rey ha tenido una oportunidad de cancelar su agenda y viajar a la Ribera d'Ebre. Con gestos así quizás la imagen que tiene la monarquía en Cataluña sería muy diferente que la que tiene".

Y le reprende Rius así: "La visión actual de Antich sobre la monarquía contrasta con lo que defendía el año 2012, cuando la veía como una institución que "se ha revelado a lo largo de más de tres décadas tremendamente útil para los intereses de los españoles" y deseaba que "esta línea se mantenga y se refuerce".

Y le atiza donde más le duele a Antich, su credibilidad camaleónica: "En plena crisis de la monarquía tras la cacería del Rey emérito en Botsuana, Antich salió en defensa de la institución en un artículo llamado "La salud del Rey". "La monarquía se ha revelado a lo largo de más de tres décadas tremendamente útil para los intereses de los españoles. Es de desear que esta línea se mantenga y se refuerce" escribió siendo el director de 'La Vanguardia'.

Y sigue: "El director de 'El Nacional' consideró entonces que no había que juzgar al Rey por el incidente de Botsuana. "La actitud del Rey al frente de la Jefatura del Estado no debe ser juzgada por este incidente, como muy bien han querido señalar con firmeza desde el Gobierno de Mariano Rajoy".

Xavier Rius concluye su retrato sobre el director de El Nacional.cat recordando que "José Antich fue nombrado director de La Vanguardia una semana después de que José María Aznar lograra la mayoría absoluta en el año 2000 y fue destituido después de que Artur Mas, candidato al que apoyó el diario, perdiera 12 diputados en las elecciones del 2012".

Y el garrotazo final: "En su etapa como periodista de 'El País', Antich denunció en un artículo que el Gobierno de Jordi Pujol propugnaba "la infiltración nacionalista en todos los ámbitos sociales". El actual director del Nacional aseguró que el Ejecutivo de Pujol estaba estudiando este plan para "la obsesión por inculcar el sentimiento nacionalista en la sociedad catalana, propiciando un férreo control en casi todos sus ámbitos".

Los tiempos cambian y las personas también... en función de la dirección en la que sople el viento del poder.