Jornada redonda. Si en Europa el Parlamento ha decidido levantar la inmunidad a Puigdemont, Comín y Ponsatí, en España el Tribunal Supremo ha accedido a la petición de la Fiscalía de retirar el privilegio del Tercer Grafo (semilibertad) a los presos golpistas que ya campaban a sus anchas.
Se trataba de un privilegio, que no se dispensa a otros presos, que disfrutaban los golpistas gracias a la intercesión del Govern separatista de la Generalitat. Ya lo intentaron en julio y la Fiscalía lo tumbó. Ahora han vuelto a las andadas logrando la indignación de los fiscales, que han llegado a ver "choteo" y provocación en las decisiones de la Generalitat.
La Fiscalía ve "choteo" en la petición de liberar a los presos golpistas
La Fiscalía ya anunció su rechazo a la decisión de la Junta de Tratamiento Penitenciario, dependiente de la Generalitat, de soltar a los presos en un régimen de semilibertad que no se corresponde con su situación, por el periodo cumplido de condena y, lo más importante, por su negativa a asumir sus delitos acompañada de un propósito de enmienda.
Lejos de producirse este detalle, los presos golpistas no cesan de repetir siempre que les preguntan que "lo volverán a hacer".
"¡Nos quitan el tercer grado!"
Y esta mañana, dos de los presos, Jordi Sànchez, y el exconseller Raül Romeva han informado de su cambio de situación porque han recibido la comunicación de que les retiran el tercer grado tanto a ellos como al resto de presos independentistas de la cárcel de Lledoners.
El Supremo circula en dirección contraria a Sánchez: No al tercer grado para los presos golpistas
"Nos quitan el tercer grado. Nos lo acaban de comunicar. De nuevo nos cierran en la cárcel. No nos harán callar ni renunciar a seguir trabajando para construir un país independiente, plenamente libre, democrático y próspero. Seguimos sin desfallecer", ha dicho Jordi Sànchez en su cuenta de twitter.
Raül Romeva se ha expresado en términos parecidos. Ha tenido que abandonar un debate organizado por el Institut Sobiranies en cuanto ha recibido la notificación de que les eran retirados sus privilegios: "Sabíamos que en cualquier momento podría llegar, parece que nos lo comunicarán ahora. Estoy esperando a que nos digan algo. De momento es una comunicación no oficial pero es posible que sea inminente".