La impopularidad de Joan Laporta dentro del vestuario está creciendo en los últimos días. Especialmente con los jugadores más veteranos, que han visto como el nuevo presidente del Barça ha desmontado la cómoda situación en la que vivían, presionando a la directiva anterior con renovaciones impensables que aumentaron todavía más la delicada situación financiera del club catalán.
Además de las reacciones de Piqué y la conjura de Busquets para llevarse a Sergi Roberto fuera del Barcelona para el próximo año, el mayor varapalo lo podría asestar Jordi Alba: según algunas fuentes del club, el lateral izquierdo podría estar negociando su incorporación a uno de los grandes enemigos de la entidad blaugrana. Este movimiento sería visto como una traición por parte de Joan Laporta y Xavi Hernández, a pesar de que no han hecho nada para motivar la felicidad de Jordi Alba.
La operación de la que se arrepiente Laporta: su decisión pone en problemas al Barça
El lateral valenciano habría tomado la decisión de militar en el Atlético de Madrid la próxima temporada. La decisión sería irrevocable, y el Barcelona sería uno de los directamente perjudicados tanto a nivel deportivo como mediático. A pesar de la buena relación entre estos dos clubes antimadridistas, la entidad colchonera siempre ha sabido moverse con mayor finura en los traspasos entre ambos conjuntos.
Este historial es una colección de despropósitos y lecciones no aprendidas que deja impactado a todo aquel que lo conoce, pensando que para la próxima ocasión, el Barça no podría caer en la misma trampa. La realidad es que siempre lo ha hecho, bien debido a directivos torpes y patanes o bien por las las falsas promesas de jugadores rivales.
Dos de estos ejemplos son David Villa y Luis Suárez. Después de un exitoso paso por el Barça, ambos fueron denostados por los presidentes y entrenadores de aquel entonces. Motivados por la venganza, recalaron en el lado rojiblanco y asestaron golpes mortales a su exequipo: Villa hizo su primer gol con la camiseta colchonera contra el Barcelona, mientras que los goles de Luis Suárez fueron fundamentales para que Diego Pablo Simeone guiara a sus pupilos al segundo título liguero en diez años.
Antoine Griezmann es otro caso en el que el Atlético de Madrid le ha tomado el pelo al FC Barcelona. A pesar de llegar a la Ciudad Condal como estrella y jugar al lado de algunos de los mejores jugadores del planeta, el francés estuvo siempre más preocupado por su estilismo capilar que por hacer honor a los 135 millones de euros que costó a la directiva de Josep María Bartomeu.
Sus pobres actuaciones en dos temporadas con la camiseta blaugrana han motivado su cesión de vuelta al Atlético de Madrid y el inicio de un larguísimo litigio en el que no se atisban ganadores, salvo el propio Griezmann: sigue cuajando actuaciones mediocres y siendo incapaz de ser diferencial mientras continúa acumulando su sueldo.
Jordi Alba podría ser el último de una gran saga de traspasos fallidos y envenenados entre FC Barcelona y Atlético de Madrid. Teniendo en cuenta todos los antecedentes, no es de extrañar que el conjunto colchonero sea visto como un enemigo para estas cuestiones, aunque luego se apoyen en su antimadridismo inherente para iniciar campañas de acoso y derribo contra la institución presidida por Florentino Pérez.