En plena polémica desatada en Sálvame sobre su inminente ruptura con María José Campanario, Jesulín de Ubrique ha anunciado su vuelta a los ruedos después de más de seis años sin pisar la arena de forma oficial y con el anillo de casado puesto.
Jesús Janeiro Bazán ha anunciado que volverá a ponerse delante de un toro y que reemprenderá su carrera taurina el próximo 24 de febrero en la localidad sevillana de Morón de la Frontera. Sobre su relación con la Campanario ha mantenido un mutismo absoluto a pesar de que en Sálvame habían anunciado que aprovecharía la rueda de prensa para matar dos pájaros de un tiro e informar sobre su separación.
No se quita el anillo de casado
Jesulín vuelve a vestirse el traje de luces de la mano del empresario y banderillero Carmelo García, que integró su propia cuadrilla en sus años en activo. Y el retorno oficial se producirá solo siete meses después de que cortara dos orejas en una corrida en la feria de San Julián de Cuenca. El diestro de Ubrique quiere celebrar con su vuelta el 30 aniversario de su alternativa, que se cumple en 2020.
Sobre su estado de forma para volver ha dicho: “si me hubiese preparado hace veinte años como ahora me hubieran tenido que echar de comer a parte". En esta vuelta, se preocupa más por los suyos que por sí mismo: "Ya con cuarenta y cinco años, con tu mujer y tus hijos en el que menos piensas es en ti mismo y sí más en la familia. Y a ellos también les preocupa qué va a pasar".
Cuando le han preguntado por su mujer, María José Campario, se ha limitado a decir: "Siempre he tenido el apoyo de toda mi familia y están conmigo al cien por cien”. Aunque ha lucido en su mano derecha la alianza de casado a la vista de todos. ¿Un aviso para navegantes?
"Mi valor natural está intacto"
Jesulín advierte que "nunca he dejado de torear, puse un punto y seguido en 2007, que fue cuando me retiré de las grandes ferias, de esa presión, de esa tensión… Mis deberes ya estaban hechos y me di el descanso del guerrero, que entendía que lo merecía. Cada torero tiene una manera de administrar su carrera. No sé si fue exigente o no, he defendido mis propios intereses y, desde 2010, apenas he toreado nada". Pero reconoce que "el hecho de torear el año pasado en Cuenca me motivó para tomar el pulso de lo que quería hacer y cómo lo quería hacer. Y me fui contento, aprobé el examen con una nota relativamente buena", ha dicho.
Y ha razonado por qué ha respondido de forma afirmativa a torear en Morón de la Frontera: "La contratación ha sido muy fácil, yo tengo muy claro lo que quiero ganar, el nivel en el que quiero torear y las ganaderías que me apetecen torear. Como se han atendido a esas exigencias, mi obligación ahora es estar a la altura de las circunstancias".
Aunque ha querido puntualizar que esta corrida, a sus 45 años, "va a ser algo puntual. Mi objetivo es reaparecer, si me encuentro en plenitud de facultades, en 2020, coincidiendo con mis 30 años de mi alternativa. Mis deberes en ciertas plazas de primera categoría, como Pamplona, Madrid, Sevilla o Bilbao, ya están hechos, son capítulos cerrados, pero sí cabe la posibilidad de hacer algo en otras ciertas plazas, pero lo tengo que ver muy claro”, ha añadido. Pero avisa: "mi valor natural está intacto".