El 22 de mayo de 2018, el bocachancla Willy Toledo tenía que presentarse ante el juez por un presunto delito de ofensa contra los sentimientos religiosos.
La comparecencia del actor de pandereta fue suspendida por una huelga judicial, y a Willy Toledo no se le ocurrió nada mejor que hacer que celebrar su cumpleaños en la Parroquia San Carlos Borromeo de Entrevías (Madrid).
"No voy a presentarme ante la Justicia porque no he cometido ningún delito", decía Toledo haciendo lo único que sabe hacer en la vida: provocar e insultar a los que no piensan como él.
Los actores Javier Bardem y Alberto San Juan, y el sacerdote expulsado de la orden Benjamín Forcano acompañaron a Willy Toledo en su fiesta circense.
El coño insumiso
“Todo por decir que si viva el coño insumiso…”, protestaba el sacerdote tergiversando la realidad y la gravedad de los hechos.
“¡Valtonyc libertad!”, gritaban los ‘parroquianos’ que decían defender la libertad de expresión, aunque pisoteen los derechos de los demás.
“Jamás he pensado en retractarme. Para atrás, ni para coger impulso, que decía el comandante Fidel”, apuntaba Willy Toledo.
“Todo viene de una malísima Transición, una Transición que nunca existió, porque los franquistas continuaron intocables en sus mismos puestos”, se atrevió a decir el supuesto actor.
Y Bardem mete la pata
Y a ese sinsentido se apuntó Javier Bardem: “Yo apoyo a Willy. Apoyo lo que Willy hace, que es expresar libremente su opinión, en este caso, frente a una religión. Que Willy pueda acabar en la cárcel por su opinión es franquista, nos lleva a esa época. Más allá de las formas, uno tiene que estar de acuerdo en que la libertad de expresión es el fondo. Los creyentes deben tener apertura y autocrítica, como hemos escuchado hoy aquí. Igual las formas que ha empleado Willy no son las mejores, pero es que no se están culpabilizando sus formas, sino que se está persiguiendo el fondo. Lo más sagrado es la libertad”, sentenció Bardem en un discurso manipulador que le quedó largo.