Israel está en estado de shock por una boda

El matrimonio secreto entre una famosa periodista musulmana y un actor judío genera una crisis política y religiosa en Israel

14 de Octubre de 2018
Israel está en estado de shock por una boda
Israel está en estado de shock por una boda

El miércoles por la tarde tuvo lugar una boda proscrita en Tierra Santa, y nadie habla de otra cosa en Israel. No fue una boda cualquiera. El enlace, que se llevó en secreto y sin signos religiosos, entre Lucy Aharish (37 años), la primera presentadora árabe israelí de un informativo de televisión de máxima audiencia, y Tsahi Halevi (43) actor judío que coprotagoniza la serie Fauda (Netflix), ha generado un enorme revuelo en Israel y una oleada de críticas y amenazas de los fanáticos religiosos.

Cabe destacar que en Israel no existe o no se contempla el matrimonio civil dentro de la ley (de los 58.000 enlaces celebrados en 2015 sólo 23 fueron entre árabes y judíos), y que el Estado únicamente reconoce los enlaces religiosos que se llevan a cabo bajo los ritos del rabinato, del islam o de las iglesias cristianas.

Él, Tsahi Halevi, pertenece a la mayoría judía de la población, cuyos contratos nupciales dependen de los rabinos ultraortodoxos. Ella, Lucy Aharish, forma parte de la minoritaria comunidad árabe israelí, heredera de los palestinos que permanecieron dentro del Estado judío.

El amor triunfó, pero dicho enlace, proscrito por la ley, ha sido tachado de impío e irreverente por ultraortodoxos y salafistas, y ha sido motivo de las amenazas más radicales en las redes sociales, e incluso de la maldición que ha lanzado un ministro judío ultrarreligioso sobre los futuros hijos de la pareja.

Ayre Deri, Ministro de Interior, advirtió en la radio los problemas a los que se enfrentarán los hijos de este matrimonio proscrito: “Son una pareja enamorada que se ha casado, pero eso no está bien. Tendrán hijos, y estos se enfrentarán a problemas a causa de su condición. Aunque si Lucy lo desea, se puede iniciar el proceso para su conversión”.

Y es que el ministro se refería a la pérdida del derecho a ser reconocidos como judíos que tendrán los futuros hijos de la pareja, ya que en el judaísmo únicamente la madre puede transmitir esta condición.

Por su parte, el activista judío Bentzi Gopstein, que dirige la organización Lehava, totalmente contraria a los matrimonios mixtos, fue más radical todavía y exigió al actor israelí Tsahi Halevi que “preserve la dignidad del pueblo judío y no caiga en la asimilación”. 

Aunque también cabe destacar que en Israel, un país donde la religión y las costumbres eran intocables hasta hace poco, empieza a emerger un importante sector de la población que ha celebrado el enlace de Lucy y Tsahi: “Mabruk!”, “Mazel Tov!”, escribían, deseándoles felicidad y suerte a los novios.

Aharish y Halevi mantenían una relación estable desde hacía cuatro años, aunque su relación y su convivencia se habían llevado con cierto secretismo para evitar el acoso de extremistas judíos y musulmanes.

“Hemos firmado un acuerdo de paz”, bromeaban los novios en la invitación que enviaron a sus allegados más cercanos que fueron convocados para el enlace.