La vuelta a los escenarios de Isabel Pantoja después de la emisión de 'Cantora: la herencia envenenada' fue uno de los acontecimientos que más expectación generó en torno al clan Pantoja
Y es que las demoledoras confesiones que Kiko Rivera realizó en plató con Jorge Javier Vázquez como presentador dejaron paralizada a media España después de haber vivido durante años la "idílica" relación que mantenían madre e hijo.
Un cariño que rápidamente se esfumó cuando el DJ declaró haber descubierto uno de los mayores secretos de la cantante, como era la famosa habitación de Cantora con todos los objetos personales de Paquirri.
Unas pruebas impactantes que pusieron en evidencia la credibilidad de Isabel, después de haber prometido en público en varias ocasiones que ella no tenía absolutamente nada del que fuera su marido.
Y por si esto fuera poco, el sevillano continuó diciendio: "Llevo hipotecado desde los 2 años. Mi madre pide una hipoteca de 50 millones de pesetas de la época. En 1986 Cantora todavía no era de nadie, porque se supone que me la deja mi padre a mí al cien por cien, pero no se ha hecho efectiva la repartición entonces. Es decir, mi madre está disponiendo de un bien que no es suyo".
Unas rompedoras declaraciones en las que por supuesto no quedaban bien parados ni su madre ni su tío Agustín.
Por lo que después del aluvión mediático que se creó en torno a la cantante, esta decidió subirse de nuevo a los escenarios para deleitar a sus fans.
Pantoja también aprovechó este momento para mandar algún que otro zasca a su familia, técnica que ya había utilizado en alguna que otra ocasión cuando se encontraba con otros frentes abiertos.
Unas indirectas que claramente iban dirigidas hacia su hijo y que lanzó integrándolas en sus canciones como: "Hoy quiero confesar que estoy ya... ¡muy cansada!" o "Pa' matar los rumores de las esquinas, que me hicieron a veces mucho daño, mucho daño".
Pero si hubo un mensaje que llamó la atención de los espectadores fue el que lanzó a Kiko en referencia a su mujer Irene Rosales al cantar: "Y tú viviendo con ella que nunca, que nunca, que nunca te ha querido".
Y para terminar esta retaila de zascas que dieron bastante contenido para los medios durante varios días, esta dió paso a una canción comentando lo siguiente: "Cuando yo salía en alguna foto había tanta gente que no se cabía, ahora salgo con los que tengo, con los que han quedado, con los de verdad".
Sin duda alguna, la tonadillera quiso dar una imagen de fortaleza a pesar de todo lo que tenía encima y se mostró feliz por haberse quitado gente tóxica de su alrededor y haberse quedado con los verdaderos.