La ministra de Igualdad, Irene Montero, vuelve a estar en el foco por unas polémicas declaraciones sobre la educación sexual de los niños en las que parecía ver con buenos ojos las relaciones entre menores de edad y adultos mientras hubiera consentimiento. Sus palabras han desatado un intenso debate.
La dirigente de Unidas Podemos intervino en la comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados para decir que los menores "tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana. Es un derecho de los niños y de las niñas, independientemente de quiénes sean sus familias".
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"Todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren, y que eso es una forma de violencia", añadió Irene Montero, que sentenció el discurso señalando que los adultos no pueden tocar a los menores "si ellos no quieren".
Los niños, continuó Montero, "tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana. Basadas, eso sí, en el consentimiento". Con estas declaraciones ha provocado un incendio tanto en el Congreso como entre la población española.
Denuncia una campaña en su contra
La metedura de pata de Irene Montero ha sido criticada por una mayoría notable ya que son muchos los que piensan que la ley está bien como está y que las relaciones sexuales entre menores de edad y adultos deben estar prohibidas aunque haya consentimiento hasta ciertas edades.
De hecho, se ha llegado a pedir la dimisión de Irene Montero por semejante barbaridad pero la podemita, lejos de echarse a un lado en la política por su enésima 'cagada', ha culpado a la "extrema derecha" de orquestar una campaña contra ella para echar balones fuera y seguir como si nada.
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La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha asegurado que siente "mucha vergüenza" ante "la campaña que ha desplegado la extrema derecha". "Contra mí, lo que quieran", ha dicho Irene Montero antes de insistir en que el país necesita "un acuerdo para garantizar que todos los niños, niñas y niñes tienen derecho y acceso efectivo a su derechos a una educación sexual integral".
la ministra ha señalado que "el inicio del acceso a la pornografía violenta en España es a los ocho años" y, por eso, considera que "urge asegurar la educación sexual de niños y adolescentes" y que estos "tengan herramientas para identificar las violencias sexuales" y para "pedir ayuda" ante ellas.
Así, ha insistido en que le país necesita un "acuerdo sensato para garantizar a los niños vidas libres de violencia" y, "en un futuro vivir libremente su vida sexual sin violencias". Es decir, a pesar de su metedura de pata, Irene Montero se ha mantenido firme en su postura sobre los menores de edad.